02 Junio de 2025 12:03

Una tragedia silenciosa golpeó a una familia del barrio Los Troncos, en la ciudad de Santa Fe. Un bebé de tan solo un año y tres meses permanece internado en estado crítico desde el sábado, tras haber sido encontrado con la cabeza sumergida en un balde de 20 litros que contenía agua mezclada con lavandina y desinfectante. El diagnóstico es tan claro como desgarrador: asfixia por inmersión con paro cardiorrespiratorio, y su vida pende de un hilo.
La escena que relataron los familiares parece salida de una pesadilla: fue la propia madre del niño, una adolescente de 17 años, quien lo encontró inconsciente, sin signos vitales, en el patio de la vivienda ubicada en Camino Viejo a Esperanza y Larrea. A partir de ese momento, se desató una carrera desesperada contra el tiempo. El pequeño fue llevado de urgencia al Hospital Iturraspe, donde ingresó en paro. Allí, una tía policía intentó reanimarlo con maniobras de RCP antes de que el personal médico interviniera. El esfuerzo logró devolverle el pulso, aunque por poco tiempo: el cuadro era demasiado grave.
Los médicos decidieron derivarlo al Hospital de Niños Dr. Orlando Alassia, donde permanece internado en la unidad de cuidados intensivos con asistencia respiratoria mecánica y pronóstico reservado. Según contó con crudeza el director del hospital, Pablo Ledesma, en diálogo con medios locales, la familia del menor no definió como un nene inquieto. Además, aclaró presentó neumonitis química por la sustancia en el balde. También tuvo un episodio convulsivo producto de la hipoxia, que cedió con medicación. Los profesionales no saben cuánto tiempo estuvo sumergido, y eso es clave para entender la gravedad del daño.
En paralelo a la lucha del cuerpo médico por estabilizar al bebé, la Justicia activó su propio protocolo. El Ministerio Público de la Acusación, a través del fiscal Omar De Pedro, ordenó la intervención de la Unidad de Homicidios para investigar qué sucedió realmente esa tarde. ¿Fue un accidente doméstico, una distracción trágica, o hay algo más? Las preguntas se acumulan y la causa ya moviliza al Equipo Territorial de Atención de Flagrancia (ETAFF), que trabaja en conjunto con la fiscalía para recabar testimonios y revisar imágenes de videovigilancia de la zona.

Las primeras informaciones apuntan a un accidente doméstico. Un descuido de segundos que se tornó irreversible. Pero los investigadores no descartan ningún escenario y analizan minuciosamente los movimientos en la casa y los alrededores.