30 Junio de 2025 08:52

La contundente victoria del Frente para la Victoria en Formosa, que obtuvo cerca del 68% de los votos en las elecciones legislativas y para convencionales constituyentes, desató una fuerte reacción del gobierno nacional. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, amenazó este domingo con promover una intervención federal en la provincia al acusar al gobernador Gildo Insfrán de "desafiar" a la Corte Suprema de Justicia. "Lo que está haciendo Insfrán es desafiando directamente a la Corte Suprema, pasándola por arriba, y eso es causal de intervención. El último eslabón jurídico de nuestro país es la Corte", sostuvo Bullrich en declaraciones al sitio oficialista LN+.
La ministra apareció en pantalla apenas se conocieron los primeros resultados de los comicios e hizo alusión al fallo del máximo tribunal que en diciembre del año pasado declaró inconstitucional el artículo 132 de la Constitución provincial, que permite la reelección indefinida. Sin embargo, la Corte no inhabilitó directamente al actual mandatario, que fue reelecto en 2023 con más del 70% de los votos. Este domingo, el oficialismo volvió a arrasar en las urnas con una amplia mayoría, ratificando su hegemonía en la provincia. "Entonces este hecho que está llevando adelante ahora es un hecho de extorsión a la máximo decisión que tiene el país", agregó.
Las expresiones de la ministra de Seguridad llegan en un clima de creciente tensión institucional, con una funcionaria del gobierno nacional sugiriendo la intervención de una provincia tras una elección democrática. El gesto fue interpretado por sectores del PJ como un nuevo capítulo en la ofensiva del oficialismo libertario contra los gobiernos provinciales opositores. Pero Bullrich no se limitó a Formosa. En la misma entrevista televisiva con el siempre obsecuente Luis Majul, también lanzó una serie de acusaciones contra Cristina Fernández de Kirchner, quien se encuentra bajo prisión domiciliaria por la condena en la causa Vialidad.
Según la ministra, la Policía Federal investiga a uno de los agentes que custodian a la ex presidenta, por haber sido visto con una campera de la Guardia Presidencial de Venezuela. "Es algo raro. Hay una connivencia", deslizó sin aportar pruebas concretas. Además, insinuó que el número de custodios de la ex presidenta podría reducirse en los próximos días: "Uno trata de cuidar recursos", dijo, en línea con los gestos de ajuste fiscal que impulsa el gobierno de Javier Milei. Bullrich también aprovechó para responder a recientes declaraciones de Cristina Kirchner, quien la calificó de "fracasada que busca protagonismo".
La ministra contraatacó con dureza: "Me importan muy poco las palabras de Cristina Kirchner. Ella fue dos veces presidenta de la nación, una vez vicepresidenta. Tuvo la posibilidad de generar mejoras para el país. Lo empeoró. Generó más populismo, más pobreza y además se robó todo. Lo que me diga a mí me importa poco. Ella generó el máximo fracaso de una nación, que es que una expresidenta y su vicepresidenta tuvieran condena firme por robar. Por favor. ¿Qué mayor fracaso puede tener?"
En otro tramo de la entrevista, la ministra se refirió al caso del escrache contra el diputado José Luis Espert, quien denunció un ataque frente a su domicilio con estiércol y amenazas. Entre los detenidos se encuentra la funcionaria bonaerense Alexia Abaigar. Bullrich definió el hecho como parte de un "escenario de violencia política" y aseguró que la responsable está detenida en la cárcel de Ezeiza: "Todo esto fue una acción meditada. Eran varios los que participaron. Compraron bosta y no actuaron desde la bronca. Era más que bronca. Hablamos de personajes que son funcionarios públicos, que utilizan medios públicos. Es un agravante. Y como en el caso particular de la funcionaria, cualquier persona que cometa un delito tiene que pagar. En este caso ella se encuentra recluida en la Unidad 7 de Ezeiza, una cárcel de mujeres"
En apenas una noche, la ministra de Seguridad vinculó a una provincia gobernada por el PJ con la desobediencia judicial, a la ex presidenta con una supuesta trama de infiltración venezolana y a una funcionaria bonaerense con delitos de odio. Lejos de mostrarse como garante del orden institucional, Bullrich pareció más enfocada en construir un relato de enemigos internos, sin pruebas firmes pero con acusaciones graves.