17 Diciembre de 2025 12:20
Argentina amaneció sacudida por la noticia de los dos suicidios en menos de 24 horas, ambos protagonizados por efectivos del Ejército. Este miércoles, el suboficial principal Juan Pereira fue encontrado sin vida en el cuartel de la Guarnición de Ejército Monte Caseros, en Corrientes, en lo que las primeras hipótesis indican como un caso de ahorcamiento. Sin embargo, apenas un día antes, el soldado Rodrigo Gómez, de 21 años, se quitó la vida en la Quinta Presidencial de Olivos, disparándose con un arma reglamentaria.
El cuerpo de Pereira, un suboficial con 28 años de servicio y cerca de 50 años de edad, fue hallado en la madrugada dentro de las instalaciones militares. Según informaron fuentes oficiales, la Gendarmería Nacional intervino inmediatamente y se activaron los protocolos correspondientes. La causa está siendo investigada por el Juzgado Federal de Curuzú Cuatiá bajo la carátula de "averiguación de causales de muerte", a la espera de los resultados de la autopsia aunque el cuerpo tenía signos de ahorcamiento.

Por su parte, el Ejército Argentino expresó su pesar por el fallecimiento y aseguró que se iniciaron actuaciones administrativas internas. Asimismo, las autoridades militares locales se pusieron a disposición de la justicia para colaborar con las investigaciones. El flamante ministro de Defensa, Carlos Presti, también se pronunció: sumí para hacerme cargo de estas tristes situaciones, que nos afectan como sociedad y de forma muy particular a las FFAA. Mis condolencias y mi oración a la Familia".
Este trágico episodio ocurre apenas unas horas después del suicidio del soldado Rodrigo Gómez en Olivos. Gómez, oriundo de Misiones y asignado al Escuadrón Chacabuco del Regimiento de Granaderos a Caballo, fue encontrado sin vida en uno de los puestos internos de la residencia presidencial. Según las investigaciones preliminares, el joven habría utilizado un fusil FAL para dispararse en la cabeza. Junto a su cuerpo se halló el arma reglamentaria.

Fuentes cercanas al caso indicaron que Gómez enfrentaba problemas económicos, con deudas registradas ante entidades financieras. Este dato ha generado interrogantes sobre la presión que podría haber enfrentado el joven militar, quien cumplía funciones de vigilancia en un entorno altamente demandante como lo es la seguridad presidencial.
Ambos casos angustian, encienden las alarmas y abren interrogantes sobre las condiciones psicológicas y laborales en las que se encuentran los miembros del Ejército Argentino bajo la gestión de Javier Milei.