01 Octubre de 2025 09:04
El Senado se dispone a darle otro golpe político al gobierno de Javier Milei, que atraviesa uno de sus momentos de mayor debilidad institucional desde que asumió. A partir de este miércoles, los plenarios de comisión avanzarán con pedidos de interpelación a funcionarios de primera línea, incluidos la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, por la estafa de la criptomoneda Libra y el caso de las coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS); el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, por incumplimientos en políticas de discapacidad; y el ministro de Salud, Mario Lugones, por el escándalo del fentanilo contaminado y la crítica situación del Hospital Garrahan.

En la Casa Rosada nadie disimula el desánimo. Un alto mando libertario reconoció que "estamos perdidos" y que el oficialismo no tiene chances de bloquear ni las interpelaciones ni el rechazo a los vetos presidenciales. El propio entorno de Milei admite que la estrategia se reduce a "cerrar los ojos y apretar los dientes", resignados a sufrir nuevas derrotas legislativas. El escenario se complejiza aún más con la avanzada del senador José Mayans, quien presentó un proyecto para frenar la privatización del 44% de Nucleoeléctrica Argentina, la empresa que opera las centrales nucleares del país.
El debate promete caldear los ánimos en la Comisión de Ciencia y Tecnología y se sumará a la agenda de confrontación con el Ejecutivo. El Gobierno no sólo enfrenta un Congreso adverso, sino que también se ve debilitado por los propios escándalos internos. La citación a Karina Milei reaviva las sospechas sobre la criptoestafa Libra, mientras que la sombra del Caso Spagnuolo sigue golpeando la credibilidad del oficialismo en un área tan sensible como la discapacidad. A eso se agrega la crisis sanitaria por el fentanilo, que puso en evidencia la precariedad del sistema de control de medicamentos y la falta de respuesta ante emergencias de salud pública.

El oficialismo, que durante meses contó con cierto blindaje en el Parlamento, se encuentra hoy arrinconado por una oposición que recuperó iniciativa y por un clima electoral que le juega en contra. En Balcarce 50 se aferran a la esperanza de las elecciones de octubre y a un diciembre distinto, cuando el recambio legislativo podría mejorar sus números, aunque admiten que tras la derrota en Buenos Aires y la caída en las encuestas, la tarea será cuesta arriba. Mientras tanto, el Senado se encamina a convertirse en el epicentro de la tormenta política: una Cámara que no solo le marca límites a Milei, sino que además expone las contradicciones y las fragilidades de un gobierno que ya no logra imponer agenda ni controlar el daño de sus propias internas y escándalos de corrupción.