18 Octubre de 2015 07:10

El despacho del quinto piso del ministerio de Economía es imponente: amplio, techos altos, tonos oscuros. El ministro, no: calmo, casi petiso, discurso simple.
A la izquierda de Axel Kicillof, oscurecida por unas cortinas blancas, el ala derecha de la Casa Rosada. Desde Hipólito Yrigoyen sube el eco de los bombos: una de las protestas diarias. Sobre la mesa de reuniones, un termo -casi una puesta en escena- que dice “País libre de buitres”.
El ministro suena calmo pero se exalta al hablar de Griesa y de Macri, de los españoles que arruinaron YPF y de los que se robaron Aerolíneas.
Antes de arrancar, detecta un numerito entre los seis monitores que, a puro led, forman el trayecto de la economía global.
- Qué hijos de p....
Es una evaluación de la deuda argentina.
- La gente que quiere que le vaya mal al país. Todo timba.
LA GESTIÓN
- ¿Por qué parece que sos ministro hace mucho más que dos años?
- Fui dos años viceministro y estoy en el gobierno desde julio de 2009, como gerente financiero de Aerolíneas y director en Techint. Fue algo que hizo bastante ruido en los medios, porque la empresa se opuso a que el Gobierno le nombrara directores, a pesar de que el Estado es dueño del 26%. Ahí apareció la primera nota incendiaria contra mí [se refiere a un artículo de La Nación, “Axel Kicillof, el marxista que desplazó a Boudou”, de marzo de 2012]. Empezaron con que era judío, comunista, pendejo, malo, asesino...
- ¿Cómo fue el paso por Aerolíneas?
- La empresa arrastraba un desastre de colas y demoras todos los santos días. Nosotros dijimos que íbamos a mejorar la puntualidad y cambiar todos los aviones. En ese momento tenía una de las flotas más antiguas del mundo. Era el desastre que habían dejado los privados.
- Los españoles.
- Sí, uno se murió y el otro está en cana. Hoy hay 75 aviones nuevos, la flota tiene cinco o seis años, se vuela el doble y Aerolíneas está muy alta en el ranking de las mejores empresas en calidad de servicios y puntualidad. Recuperamos nuestra línea de bandera.
Una defensa cerrada de la gestión en Aerolíneas.
- ¿Cómo se sienten para vos estos dos años?
- La gestión fue muy intensa. Hubo medidas bastante shockeantes, como la recuperación de YPF. La oposición todavía se está quejando. Dice que fue una confiscación, que la manoteamos, que se iban a ir las inversiones. A la cabeza de la maniobra estaba Macri.
- ¿Cuál es la marca de tu gestión?
- Todos dicen que soy un ministro con poder. En otros momentos también había ministros fuertes, pero se imponían al presidente. Yo soy un colaborador. Puedo haber dado batallas importantes, pero estoy llevando adelante el proyecto que encabeza la Presidenta. Ahora vamos a votar. A Scioli y a Zannini, que probablemente ganen en primera vuelta.
EL NEGOCIADOR
- ¿Cómo fue la negociación por YPF?
- Expropiamos el 51% de Repsol. Se intervino la compañía y después vino una gestión con control estatal. Hoy es la empresa número uno del país. Factura US$ 18.000 millones por año, más o menos diez veces más que el presupuesto. Se hizo según la ley, pero Repsol empezó a hacerle juicio a Argentina, a quejarse en los mercados internacionales. Pedían una indemnización de US$ 18.000 millones. Terminamos pagándoles US$ 5.000 millones y a los premios.
- ¿Y cómo son esos mano a mano?
- A cara de perro. Le pasa a cualquiera cuando vende su auto o cuando negocia un alquiler: hay dos intereses contrapuestos. Uno quiere sacar más y el otro quiere pagar menos. Todo depende de la correlación de fuerzas. Tenés que ver el estado del auto, la urgencia del vendedor por cobrar, la del comprador por tenerlo.... Por ahí te mostrás pobre, insolvente, todo lo que puedas. Conviene que no conozcan todos tus bienes.
Lo que pasa es que en Argentina tuvimos negociadores espantosos: con los organismos internacionales, con el FMI. Negociaban desde el miedo, desde la entrega. Esto de negociar por el país tiene algo particular: no es con la tuya. Algunos ministros de Economía iban y pagaban cualquier cosa. Así nos endeudamos por cifras siderales. Eso explotó por los aires, como siempre que se lleva adelante una negociación irresponsablemente.
“En Argentina tuvimos negociadores espantosos”, recuerda Kicillof.
- ¿Se le ganó a los fondos buitre?
- (Piensa). En junio del año pasado, con los fallos del juez Griesa y la Corte de EE.UU., decían que si no pagábamos íbamos a tener desempleo y default financiero, que nadie más nos iba a prestar plata y que se irían todas las empresas extranjeras. Armaron toda esa propaganda para que fuéramos asustados y pagáramos US$ 1.600 millones al contado. Si lo hacíamos, iba a pasar como en los dibujitos animados, cuando uno pisa un palito y después le cae la piedra en la cabeza desde arriba de la montaña. Después de esos 1.600, en filita, en el juzgado de Griesa nos iban a obligar a pagar US$ 20.000 millones, como para empezar. Era una trampa.
- Decís que el tema se tiene que evaluar teniendo en cuenta cómo empezó.
- No, yo digo que era un cazabobos. El único en el mundo con cierta responsabilidad política, que dijo que había que ir y pagarle a Paul Singer (un multimillonario que acosa a países y empresas) se llama Mauricio Macri. Lo acompañan Carlos Melconian y Federico Sturzenegger, responsables de las peores operaciones de la historia argentina: la estatización de la deuda de las grandes empresas privadas, el megacanje y el blindaje.
El ministro, contra los economistas de Cambiemos.
LA MIRA EN EL PRO
- Nombrás mucho a Macri y a sus equipos. Es lógico por el contexto...
- No es sólo por las elecciones. Lo vengo haciendo desde antes. Macri y el macrismo representan a los gobiernos de los 90. Es exactamente eso: un gobierno vinculado a los intereses empresarios, con los economistas del establishment, faranduleros, que andan por los programas de televisión, asesoran a las grandes empresas, son amigos de Washington y de los bancos internacionales.
- ¿Por qué entonces ganan en la Ciudad?
- Bueno... ya ser ministro de Economía es complicado. Interpretar las decisiones... Habrá que preguntarle a cada uno qué pensó cuando votó a Macri. Él se presenta como un gerente, acompañado de una junta de negocios que viene a gestionar bien. Dice “yo no hago política”. Y como la gente quiere que se administren bien los bienes del Estado, tal vez le interese. Sobre todo en estos años, donde al país le ha ido muy bien. Si Argentina creció, imagínate el distrito más rico del país.
“Macri se presenta como un gerente”.
- Se votan oficialismos.
- Claro, pero en esta última elección estuvieron a un pelito de perder la ciudad con un candidato inventado. Martín Lousteau es un hombre prácticamente del PRO, por sus afinidades ideológicas y económicas. Es claramente un economista liberal. De nuevo, parece que los porteños querían votar a un buen administrador y alguien más bien apolítico.
Pero en las PASO, el macrismo se convirtió en un Frankenstein electoral, porque son esos candidatos sin partidos, rejuntes, frentes. ¡Lo que no ha dicho Lilita Carrió de Macri! Lo denunciaba por corrupto, por ser un candidato de los grupos económicos, de Clarín.
SCIOLI, EL PROYECTO Y MARX
- ¿Daniel Scioli es el presidente que hubieras querido?
- (Se toma unos segundos) Sí, sí. Yo hago política desde los 13 años, siempre dentro de colectivos. Quizá el que no se dedica a esto no lo entienda y piense que un candidato es un individuo o una construcción. Yo soy el candidato por el FPV, pero no soy ni mi cara ni mis ideas. Mi candidato es el proyecto político.
Tampoco Daniel Scioli es un candidato suelto. Fue vicepresidente de Néstor Kirchner y gobernador de la provincia de Buenos Aires, siempre en la boleta del FPV. Es un hombre con muchísima experiencia de gobierno y es parte de una fórmula, con Carlos Zannini, decidida dentro del FPV. Sintetiza la diversidad dentro de nuestro frente y, al mismo tiempo, el proyecto de acá en adelante. No viene a hacer lo que se le ocurra, como yo no lo voy a hacer en el Congreso.
Scioli “no viene a hacer lo que se le ocurra”.
- ¿Te seguís considerando marxista?
- De eso tengo demasiado para decir. Yo dediqué ocho años a estudiar a Keynes, con una tesis de doctorado y un libro (Volver a Keynes). Te podría hablar de 20 escuelas de keynesianismo. En términos de la política económica que estamos llevando adelante, me considero keynesiano. Pero si digo “soy marxista”, tal vez también lo diga alguien del Partido Obrero o Stalin, y yo no estoy de acuerdo con ellos. Esto ha servido para estigmatizar, para que se diga “ah, mirá, el tipo es marxista”.
En la política reconozco muchísimas influencias: Néstor, Cristina, Perón y Evita. Pero claro, Menem también era peronista. ¡Y Macri el otro día inauguró un monumento a Perón! Para la comprensión de las crisis dentro del capitalismo, no hay mejor economista que Marx. Keynes decía que los políticos siempre somos esclavos de algún economista muerto. El problema es que a mí me toca ser el que desentierra los cadáveres, porque soy economista e historiador de la economía.
Marx me parece un economista brillante, pero creo que Keynes, al describir el 1930, tiene mucho más que decir del mundo contemporáneo.
EL ESCRITORIO: LADRILLOS Y PETRÓLEO, AVIONES Y SATÉLITES
- ¿Te gustaría ser presidente?
- Creo que me queda enorme. La vara está muy alta. Cristina y Néstor fueron los mejores presidentes que tuvo nuestra historia. Yo me formé como economista para discutir la economía argentina y, si tenía suerte, trabajar desde algún cargo de responsabilidad para llevar a la práctica lo que pensara. Tuve el inmenso tarro y la inmensa satisfacción de que tenemos como presidenta a Cristina.
Las medidas que toma muchas veces son resistidas, porque se resisten cuando se toman a favor de la gente. Lo preocupante es cuando las minorías aplauden de pie las decisiones de los presidentes. Cuando se vota, votan 40 millones. Tenés que representarlos a todos. Y yo tengo un cargo que nunca pensé que iba a ejercer.
- Quizá dentro de 10 años también.
- A ciencia cierta, no sé qué va a pasar en 2016. Me cuesta estar proyectando porque -si la gente vota así- voy a tener una responsabilidad enorme, genial, espectacular, que es ser diputado nacional.
Se cumple una hora de charla, el teléfono empieza a vibrar y Kicillof se excusa.
- Es una llamada que no puedo rechazar.
Los leds de su smartphone forman las siglas CFK.