10 Noviembre de 2025 12:02
El gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, aprovechó el clima festivo de la 66ª Fiesta de la Frutilla en Coronda para enviar un mensaje político cargado de críticas hacia el Gobierno nacional. Aunque comenzó destacando el potencial productivo de la provincia y el impulso de programas propios como el Santa Fe Business Fórum, su discurso pronto viró hacia un reclamo estructural: la falta de reconocimiento del interior por parte de la Casa Rosada. "La única manera de que Argentina salga adelante es si logra producir más", sostuvo Pullaro ante los productores y empresarios presentes, en una frase que resumió su diagnóstico sobre el presente económico del país.

Con un tono entre la advertencia y la arenga, el mandatario insistió en que Santa Fe "empuja la economía y el crecimiento de la República Argentina", pero advirtió que el esfuerzo del sector productivo santafesino se ve asfixiado por una estructura fiscal desigual y por la falta de inversión nacional en infraestructura. "Le pedimos al Estado Nacional que mire a la provincia, que tanto aporta y tan poco recibe. Necesitamos mejores rutas, energía, puertos, aeropuertos y conectividad para poder producir más barato", reclamó, visiblemente molesto por lo que considera un abandono histórico del interior productivo frente al centralismo porteño.
El mandatario fue más allá al hablar del sistema impositivo y de las reformas en agenda de la administración nacional. Calificó las retenciones como "el impuesto más regresivo que hay en la República Argentina" y recordó que Santa Fe aporta alrededor de 3 mil millones de dólares por año al Tesoro nacional, sin recibir una compensación justa. "Esos recursos terminan subsidiando a barones del conurbano, a punteros, a planes en el conurbano bonaerense. Tenemos que discutir nuevamente el sistema impositivo argentino", disparó, dejando expuesta su distancia con la política económica del Gobierno.
Pullaro también hizo hincapié en la necesidad de bajar impuestos "a todos los niveles -nacionales, provinciales y municipales-" para fomentar la inversión y el empleo, y volvió a pedir una reforma laboral "con enfoque pyme" que incorpore a los trabajadores informales al sistema formal. "El 50% de los argentinos trabaja, pero en la informalidad. Necesitamos incorporarlos al mercado de trabajo formal", señaló. En materia penal, el gobernador adoptó una postura dura, coherente con su perfil de exministro de Seguridad: "Debe mirar las penas desde otro lugar, no desde el aspecto garantista como hasta ahora".

Y sumó: "La persona que comete un delito tiene que pagar en la cárcel y no tener ningún tipo de privilegios". El mensaje final fue una mezcla de promesa y advertencia. Pullaro aseguró que, si el país logra "crecer y mejorar su estructura fiscal", Santa Fe acompañará reduciendo Ingresos Brutos, un gesto que -según explicó- apunta a "seguir impulsando el desarrollo regional". Pero detrás de ese compromiso, su discurso volvió a sonar como una queja dirigida a la Casa Rosada: Santa Fe produce, exporta y sostiene gran parte de la economía nacional, pero sigue esperando que el poder central mire más allá del conurbano.

