26 Septiembre de 2025 11:09
Por tercer día consecutivo, viajar en tren en el Área Metropolitana de Buenos Aires se volvió un calvario. Demoras de más de 40 minutos, cancelaciones y formaciones que circulan a paso de hombre -menos de 30 km/h- transformaron los andenes de Constitución, Once o Retiro en escenarios de enojo y resignación. La conciliación obligatoria dictada por el Gobierno no sirvió de nada: el gremio La Fraternidad, que nuclea a los maquinistas, insiste en que no realiza un paro encubierto, sino que aplica "medidas de precaución" por el mal estado de las vías, la señalización defectuosa y la falta de personal tras los retiros voluntarios.

El conflicto impacta en más de un millón de usuarios de las líneas Roca, Urquiza, Belgrano Norte, Sarmiento, Mitre, Belgrano Sur y San Martín. Durante la noche del jueves, el Ministerio de Capital Humano había anunciado que la conciliación "garantizaría la circulación habitual de los trenes", pero la realidad fue otra. El servicio se mantuvo reducido, las demoras se multiplicaron y el malestar de los pasajeros se expresó con crudeza. "La conch... re put... de tu hermana tren Roca dos trenes ya cancelás al hilo y ¿así querés que te banque el ciudadano? Privaticen esta empresa", estalló un usuario en redes sociales.
Otro reclamó con igual furia: "¡Fraternidad y la conch... de tu madre! Trenes Argentinos le cagan la vida al laburante de a pie, no se puede esperar, hay que privatizar ya mismo ese antro de ratas". En distintos canales de televisión, los testimonios tampoco dieron respiro: "Venía de Moreno, viajamos todos apretados, es un desastre, se cagan en los laburantes", relató un pasajero a C5N. Escenas de gente caminando por las vías, viajes que duran el triple y estaciones colmadas de bronca se repitieron como postal del fracaso. Del otro lado, el sindicato que conduce Omar Maturano defendió su postura: "No es una medida de fuerza", aclararon.

Y explicaron: "Están trabajando tomando las precauciones por el estado de las vías". En su lista de reclamos, La Fraternidad apunta también a la falta de avances paritarios, los bajos ingresos en distintas líneas, los "acuerdos inconsultos" y condiciones de trabajo que califican como "un desastre y sin apertura a sugerencias". A eso se suma la denuncia de que el servicio de ART es "deplorable e insuficiente". El resultado es un círculo vicioso: un Gobierno que se muestra incapaz de garantizar un servicio esencial pese a las promesas, un sindicato que endurece su posición y pasajeros que quedan atrapados en el medio, como rehenes de un sistema ferroviario colapsado.

