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"Cruda, hija de los '90": una obra que reivindica la identidad villera desde la música, el amor y el humor

Nahir Sánchez Romero, vocalista de Villera VIP, embarca a todos y todas en un viaje que jamás podrá ser olvidado.

13 Octubre de 2025 16:21
"Cruda, hija de los '90"
"Cruda, hija de los '90"

Amorosa, profunda, poderosa son los tres adjetivos que describen a la perfección a Nahir Sánchez Romero, cantante y actriz que se para en un escenario que late con la fuerza de las historias no contadas para dar vida a Cruda, hija de los '90 una obra de teatro que no solo es un espejo de su infancia en Villa Soldati, sino un fiel recordatorio de cómo el artes es una herramienta política y transformadora.

"Siempre que me dicen algo de la obra, siento que lo logré: logré que llegue a las personas, logré que se sientan identificadas. Cruda es un cachetazo de despertar, una manera de expresar una necesidad urgente desde el cuerpo", confiesa Nahir, con la voz cargada de emoción para BigBang. La obra no es solo su historia, sino la de muchas infancias marcadas por la marginalidad, pero también por la resistencia, el amor y la solidaridad.

"Cruda, hija de los '90"
"Cruda, hija de los '90"

En los '90, Nahir creció en un entorno donde la pobreza era el común denominador, pero también lo era el cariño y la música: "Mi familia fue muy amorosa, con muchos recursos desde lo sentimental, aunque no teníamos comida ni ropa. Hoy las infancias en los barrios siguen pasando necesidades básicas, pero existen más organizaciones comunitarias que sostienen a los pibes y pibas", reflexiona.

La artista subraya las diferencias entre su infancia y la realidad actual: "En los '90 no había espacios comunitarios donde uno pudiera ir. Hoy hay cocineras comunitarias, centros culturales y organizaciones que nacieron después del 2001. No de la misma manera que años anteriores porque la verdad es que mucha gente de clase media que venía a nuestros barrios a trabajar o a colaborar de una manera genuina dejaron de venir por cuestiones lógicas de trabajo, de buscar trabajo, changas y alejarse del barrio por una cuestión de sobrevivir ellos mismos también frente a este contexto", reflexiona y, en la misma línea, completa: "Yo en mi casa tengo un centro cultural y los lunes con compañeros estamos haciendo un taller para las infancias y eso en los '90 yo me acuerdo que no había, no sabía dónde salir corriendo. Esa es una de las grandes diferencias, por ejemplo". 

"Cruda, hija de los '90"
"Cruda, hija de los '90"

Para Nahir, el arte es un derecho y una herramienta vital para transformar vidas, especialmente en los barrios populares: "Si no está el Estado en la cultura popular, en las infancias, es imposible que puedan explotar su potencial. Mi familia no pudo acompañarme en mi búsqueda artística porque no tenía recursos. Fue recién cuando hubo un Estado presente que pude acceder a la universidad pública", recuerda.

Con voz firme, Nahir visibilizó cómo muchas veces lo artístico es relegado a un "hobby" y recalca: "Las pibas tienen en la sangre muchas veces algo artístico que tienen que explotar y como sus familias no pueden, terminan siendo personas que escapan a algo que que traen nato o culturalmente no importa, pero que el Estado deja de lado".

"Cruda, hija de los '90"
"Cruda, hija de los '90"

 La elección de David Gudiño como director de Cruda no fue casualidad, sino una decisión profundamente política y personal: "Yo lo busqué a David porque sabía, porque conocía su trabajo y sabía que nadie mejor que él me iba a dirigir e iba a sacar lo que sacó que que es una expresión mía que ni yo conocía. Entonces, él se interesó porque yo porque yo reluzca, porque yo sobresalga, porque yo muestre lo mejor de mí. A él lo vi tan compenetrado en lo yo hice y tiene que ver con esta cuestión de sentirse identificado con mi marginalidad", explica Nahir con admiración.

La conexión entre ambos va más allá del trabajo artístico: comparten historias de lucha y resistencia que solo quienes han vivido la pobreza extrema pueden comprender: "Me hacen un chiste en las redes, bah, chiste no... mucho odio. Pero nosotros hacemos un chiste de 'cagar en el balde' que salió por todos lados y él me dice, 'Boluda, vos cagaste en el balde también'. Y empezamos a hablar de cosas que de superpobres, supermarginales y que solamente lo va a entender quien lo vivió. Y con David hablamos desde esa crudeza", dice con gratitud.

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 Nahir Sánchez Romero convocó a David Gudiño para la dirección de la obra 

En un contexto político donde los discursos de odio que se emiten desde el poder ejecutivo a cargo de Javier Milei intentan deslegitimar las luchas populares, Nahir responde con arte: "La obra es una respuesta política. Desde chica recibo odio: por ser pobre, por tener un padre gay... Pero entendí que nuestra identidad villera es motivo de orgullo. Sobrevivimos gracias al comunitarismo, al amor y a la solidaridad", afirma.

Con crudeza y valentía, denuncia cómo "lo villero" sigue siendo utilizado como sinónimo de lo negativo. Sin embargo, para ella, esa identidad es mucho más: "La identidad villera implica arte, pluriculturalidad y valores que nos hicieron sobrevivir".

"Cruda, hija de los '90"
"Cruda, hija de los '90"

Además de Cruda, Nahir lidera Villera VIP, un proyecto musical que nació antes que la obra. Además de haber lanzado ya varios EP y canciones en años anteriores, la banda ahora se lanzará a grabar las canciones que se escuchan en el escenario: "Vamos a hacer un EP con las canciones de la obra que no las tenemos grabadas. Es la zanahoria para seguir sobreviviendo", cuenta entusiasmada.

Aunque enfrentan enormes desafíos económicos -"En escena somos ocho personas y en producción diez más; es difícil sostenerlo"-, Nahir no pierde la esperanza: "Creemos que estas canciones le van a llegar a alguien y le van a servir para toda la vida".

"Cruda, hija de los '90"
"Cruda, hija de los '90"

La fortaleza de Nahir tiene raíces profundas en su familia, especialmente en su padre, quien falleció días antes del estreno de Cruda: "Mi papá resistió a la pobreza con música y filosofía. Aunque éramos muy pobres, él siempre nos inculcó el valor del arte y la cultura. Me llevaba al teatro caminando kilómetros porque quería que yo viera otro mundo", recuerda emocionada.

Ese legado sigue vivo en cada palabra y cada nota de Nahir: "Mi papá me enseñó que el arte queda para siempre". Cruda no sería posible sin el esfuerzo colectivo de quienes creen en el poder transformador del arte: "Es un proyecto colectivo. Yo creo que hay mucha gente que si nos ve a quedar de cara -como dicen los jóvenes- les va a gustar, porque todas esas personas que están ahí confían mucho en mí y confían mucho en David también pusieron su trabajo de manera gratuita y son gente que son muy profesionales, lo hicieron ad honorem y apostando a que esto sea un mensaje que que haga un click, que haga un cambio que sea la verdadera contraposición a Movistar Arena ridículo del otro día", dijo Nahir evidenciando el freak show del presidente Milei que le sirvió como parte de su millonaria campaña política. 

"Cruda, hija de los '90"
"Cruda, hija de los '90"

Nahir concluye con una anécdota que resume el espíritu de Cruda: "Una vez mi papá, nosotros éramos muy pobres y vivíamos en una casilla, que se llovía mucho, era de chapa. Mi papá me estaba leyendo un libro de Borges y me dijo, 'Nair, esa chapa algún día alguien te la va a arreglar, esa chapa algún día vamos a tener techo, pero este libro que yo te leo, nadie te lo va a sacar de la cabeza. Este cuento nadie te lo va a sacar de la cabeza'".

En Cruda, hija de los '90 Nahir Sánchez Romero transforma dolor en arte y resistencia en esperanza. La obra está el 18 de octubre a las 21 hs, el jueves 6 de noviembre a las 21 hs y el domingo 16 de noviembre a las 19 hs, en El Alambique Teatro (Griveo 2350, CABA) con entrada general a  $18.000 (preventa a $16.000) y disponibles en Alternativa.

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