01 Octubre de 2015 14:10
Entró a lo Ricardo Fort. Enamoró a Belén. Enloqueció por una mancuerna. Amenazó a la producción. Apareció en ropa interior en una gala. Hizo “huelga de sueño”. Salió por decisión propia para arreglar su situación personal. Vació el matafuegos en la cara de sus compañeros. Reingresó por el apoyo de sus seguidores. Aceptó pelear sin cámaras hasta que Francisco dijo no. Le sacó el hombro de lugar el día de su cumpleaños. Hizo llorar a Belén.
Y hasta prometió regalar $ 100.000 del premio a sus votantes. En los 147 días en que estuvo en “la casa más famosa del país”, Mariano Berón hizo de todo desde el primer día para llegar a la gran final de Gran Hermano. Y lo logró, pero ayer tuvo su peor noche.
El empresario cordobés fue el primer eliminado de los cuatro finalistas por decisión del público. Jorge Rial le informó el miércoles a las 22:44 que había obtenido el 5,3% de los votos en el primer corte parcial. Según Juana Repetto, eso representaba sólo 15.000 votos de los más de 550.000 votos totales. Al inicio de la gala ya habían 350.000 votos.
Mariano presentía este final. Se enfureció cuando quedó en placa con Eloy Lanzelotta antes de la semifinal. Y en las últimas galas observó cómo sus compañeros sumaban cada vez más apoyo del “afuera”. Y hasta le preguntó a Jimena Cyrulnik si no se habían equivocado al haberlo eliminado primero.
Por eso, luego de recibir los merecidos lluvia de papelitos y los aplausos de todo el estudio, el conductor del reality le contó sobre los premios: un viaje de cuatro días y tres noches para dos personas a Cataratas del Iguazú y, lo más importante para su carrera profesional, un curso de actuación con Marcelo Cosentino. “Pero si yo no necesito las clases”, reaccionó el extrovertido participante. Su cara se congeló cuando se enteró que Francisco y Matías podrán cumplir uno de sus sueños al hacer temporada con “El champán las pone mimosas”.
Entró como una copia de Ricardo Fort, pero salió como el multifacético Mariano Berón que ya todos conocen.
El 29 de abril entró a Gran Hermano como una copia de Ricardo Fort, pero el 30 de septiembre salió como el multifacético Mariano Berón que ahora todos los argentinos conocen. Pero sus fanáticas #Beronistas juraron “venganza” a todo aquel que criticara a su ídolo.
Lo cierto es que el empresario cordobés se cansó de tildar como “cotillón” a sus rivales y denunciantes dentro y fuera de la casa. Los seguidores de Mariano no lo saben, pero el cotillón es un adorno que se usa en las fiestas de fin de año, como el paso de Mariano por “la casa más famosa del país”, una verdadera fiesta.
