09 Octubre de 2025 10:32
El fútbol argentino sigue de luto luego de la muerte de Miguel Ángel Russo este miércoles 8 de octubre. A los 69 años, el DT falleció tras una larga y valiente lucha contra el cáncer de vejiga y próstata que le había sido diagnosticado en 2017. Sin embargo, mientras las redes se llenaban de mensajes de dolor, admiración y agradecimiento de aquellos que admiraban a Miguelo por su trabajo, su respeto y su amor por este deporte, hubo uno que sobresalió por su bajeza. El periodista Gabriel Anello, una figura más acostumbrada al escándalo que al análisis, eligió el peor momento para volver a usar la tragedia ajena como trampolín personal.

A través de su cuenta en X, Anello decidió revivir su ya histórico enfrentamiento con el presidente de Boca Juniors, Juan Román Riquelme, y escribió: "Riquelme hizo que un señor con un estado de salud deteriorado y transitando una enfermedad terminal tome las riendas del equipo con más presión de América solo para lavarse las manos con el hincha y usarlo de paraguas protector. No existen palabras para describir a esta basura humana. QEPD Miguel Ángel Russo". El mensaje, disfrazado de homenaje, se transformó en un ataque político vestido de condolencia, con una carga de resentimiento que desató una ola de repudios inmediata.
En lugar de empatía, Anello eligió el rencor; en lugar de silencio, la provocación y la operación. Las respuestas no tardaron en llegar. Cientos de usuarios, periodistas, hinchas y ex jugadores salieron al cruce del conductor radial por su oportunismo y falta de humanidad. "No sé si lo hacés por las interacciones, pero qué mensaje terrible y mala leche. Russo volvió a dirigir uno de los clubes que amaba porque es lo que le gustaba hacer", le escribió un usuario. "Qué lacra humana que sos, Anello. Déjalo descansar en paz. Miguel quería dirigir a Boca, más que nadie", comentó otro. A partir ahí, calificativos como "basura" o "sorete" se multiplicaron en su perfil.

Incluso, otro mensaje que acumuló miles de likes decía: "Respetá a Miguel, pedazo de sorete. Sos mal padre, mal marido, mala persona... la basura humana sos vos". El hilo se llenó de respuestas similares, algunas viscerales, otras simplemente dolidas. En todas, un mismo reclamo: respeto. Respeto por Russo, por su familia, por su legado y, sobre todo, por el dolor ajeno. No es la primera vez que Anello cruza la línea entre el periodismo y la provocación. Su carrera se viene siendo sostenida sobre declaraciones incendiarias, amiguismos con el poder, denuncias sin sustento y una búsqueda constante de atención mediática.

Incluso, sobre su espalda recaen acusaciones penales por expresiones racistas y en el ámbito privado, su ex pareja, Verónica Caro, lo acusó públicamente de violencia de género: "Sufrí todo tipo de agresiones -físicas, psíquicas, económicas y verbales- y, luego de un año y ocho meses, me vi obligada a abandonar el hogar cuando, en una fuerte discusión, me empujó y me tiró por las escaleras, provocándome la fisura de la clavícula", relató en una carta pública.
Pero esta vez, la reacción fue unánime: incluso quienes suelen coincidir con él en sus posturas políticas o deportivas marcaron distancia. El contraste entre su mensaje y el tono del resto del país fue brutal. Mientras los clubes, jugadores y técnicos despiden a Russo con respeto -recordando su temple, su serenidad y su amor por el fútbol-, Anello optó por convertir el luto en trinchera, atacando a Juan Román Riquelme incluso en un momento en que cualquier disputa resultaba irrelevante.

