05 Noviembre de 2015 08:40

Matías Alé llevaba “días sin dormir” y meses preocupado por su bienestar espiritual. Eso dice María del Mar Cuello Molar. “Todo empezó en septiembre, cuando tuvo el primer brote. Desde entonces, me decía que tuviera cuidado con las personas que nos querían separar. Hasta entonces era creíble. Después, el discurso comenzó a cambiar”, reconoció.
La pareja, en tiempos felices.
Después del primer episodio, que tuvo lugar en la casa familiar de Bella Vista, el actor y su por entonces novia se instalaron 20 días en La Posada del Qenti, un spa médico ubicado en Villa Icho Cruz, Córdoba. “Fui su enfermera, lo acompañé todo el tiempo y lo cuidé. En ese momento, como no estaba tan mal, decidimos que no se hiciera público. Pero estuvo acompañado de psicólogos y psiquiatras las 24 horas”, aclaró.
“Fui su enfermera, lo acompañé todo el tiempo y lo cuidé
A medida que pasaban los meses, la joven de 23 años notó que el discurso de su ahora marido se oscureció: “Me empezó a pedir a los gritos: 'No dejes que me vuelvan loco. Ayudame, acompañame, recemos juntos. Sé que me quieren hacer algo malo'. Después empezó a rezar a los gritos y se aferraba a cruces y estampitas”.
Así era trasladado al actor, entre gritos y plegarias.
Según parte del entorno de Alé, las conductas extrañas del actor comenzaron con el ingreso de María en su vida. “Quiero que quede claro, porque se dijeron un montón de pavadas, que el que empieza a ver y sentir cosas extrañas es Mati”, advirtió, y explicó: “No soy yo la voz cantante de todo esto, al contrario: soy la que lo acompaña y lo sigue para cuidarlo a él en esta enfermedad. Si no quiere estar en esa casa, nos vamos a otra”.
El insólito episodio del embarazo
En septiembre, pocos días antes de su primera internación, Matías protagonizó un llamativo episodio en una salida telefónica con Intrusos. En su momento, el actor anunció con bombos y platillos el embarazo de su por entonces novia y, pocos días después, lo desmintió.
“Eso sucedió en un momento de delirio en el que Mati dijo que yo estaba embarazada. De hecho, en la intimidad insistía con que yo estaba embarazada. Yo le decía: 'Mi amor, no estoy embarazada', pero él me respondía: 'Sí lo estás, pero todavía no lo sabés'”, reconoció María.
La desmentida llegó días después y a pedido de la propia joven. “Cuando recuperó la lucidez se dio cuenta y dijo: 'Uy, metí la mata'. Por eso salió a desmentirlo, además no queríamos que empezaran a decir que nos casábamos de apuro o que yo lo había enganchado”.
La pareja vivió momentos dramáticos.
La presencia maligna y la pelea con su hermano
“Mati llegó a pelearse con el hermano, Elías, porque empezó a sentir que todo el que se me acercaba, fuera mujer u hombre, quería tener algo conmigo. En su delirio, pensaba que era una presencia maligna que los hacía hacer eso”, reconoció, y advirtió: “Llegó a decir que estaban bajo los efectos de esa presencia. Después, en sus momentos de lucidez, le pidió disculpas al hermano y volvimos a tener una relación normal”.
La decisión de casarse
Según el relato de María del Mar, la pareja puso fecha en septiembre, pocos días antes de su primer brote. “Mati estaba súper bien y decidimos casarnos. Cuando empieza con todo esto yo le pregunté si quería esperar un poco y me dijo que no, que no quería demorar la boda. Además, el psiquiatra le había dado el alta y dijo que estaba perfectamente bien”, justificó.
El casamiento fue, según la morocha, un oasis en medio de la tempestad. “Ese día estaba súper bien. De hecho, después del Civil nos fuimos unos días a Córdoba para que yo pudiera visitar a mi familia y estaba bien. La verdad es que la recaída fue hace una semana, ahí se complicó todo el panorama”, advirtió.