por Alejo Paredes
04 Diciembre de 2025 13:09
La temporada teatral 2026 abrirá con uno de los títulos más esperados: El divorcio del año, la nueva comedia de José María Muscari y Mariela Asensio que desembarcará en enero en el Multiteatro. Con un elenco integrado por Fabián Vena, Juan Palomino, Guillermina Valdés, Ernestina Pais y Rocío Igarzábal, la obra promete convertirse en un fenómeno desde antes del debut. Y sus protagonistas lo saben. Pero lejos de la presión, Vena asegura que lo que domina en esta previa es la calma. "Disfrute. Disfrute absoluto y tranquilidad", afirma. "Estamos a un mes... ya tenemos una pasada completa. Eso, para el que conoce el palo, es muchísimo. Uno siempre llega arañando los estrenos. Ya sabemos lo que vamos a hacer, a dónde tenemos que apuntar para romperla y terminar de conmover al espectador", agregó.
Palomino coincide: para él, la fortaleza está en la dramaturgia. "La obra tiene una estructura muy sólida, escrita por Asensio y Muscari, que nos contiene", sostiene el actor. "Ese mes que tenemos por delante es trabajo fino, no desesperación". En el centro de la historia está un divorcio atravesado por contradicciones: amor que persiste, vínculos complejos, hijos que observan, abogados que tensan y un show mediático que multiplica el conflicto. Para Vena, esa mezcla está cargada de resonancias universales: "Cada pareja es un mundo, cada divorcio es un mundo, cada abogado tiene su propia estructura".
E insiste: "El público se va a encontrar con características generales que nos atraviesan a todos, pero también con particularidades que hacen a cada historia única. La obra te toca resortes internos: te hace pensar cómo viviste vos tus propios vínculos, o cómo podrías haberlos vivido". A Palomino, la temática lo interpela desde su propia experiencia de vida: "Sí, los desencuentros me han atravesado, y siempre con mucho respeto. Los protagonistas de estas historias son los hijos. He tratado de constituir familias ensambladas con cariño y afecto, porque los hijos se lo merecen", reflexiona.
En ese sentido, sostiene que "cuando algo no funciona, lo mejor es tener una vida más objetiva y sostener el amor por el tiempo compartido". Además del drama íntimo, El divorcio del año pone bajo la lupa el espectáculo mediático que se arma alrededor de una ruptura, especialmente cuando los involucrados son figuras extremadamente públicas. Palomino se distancia de ese universo: "No tengo absolutamente nada que ver con este universo... estoy en las antípodas. Eso es lo maravilloso de la actuación: encontrarse con zonas totalmente antagónicas", dice sobre su personaje, un abogado mediático.
Al mismo tiempo, afirma que ha transitado su camino "lejos de toda esa temática". Vena, en cambio, subraya que la obra amplifica el fenómeno con intención dramática:
"La pareja protagónica es hiper mediática, los abogados también. ¿Cuánto más aderezo se le puede poner a la ensalada?", ironiza. "La obra transcurre en la intimidad, en la cocina, donde está la verdadera guerra, mientras afuera hay una presión mediática que te sobrevuela y te expone". De esta manera, el mundo digital aparece como otro de los ejes que aborda la obra, una dimensión que Muscari considera ineludible para entender la fama actual.

Vena lo explica con humor: "Estamos viviendo un momento transicional muy grande, solo que nadie nos dice cuánto va a durar", señala. "Yo tengo una presencia en redes... pobre, ridícula. Todas las noches le pregunto a Paulita (Morales, su actual pareja) cómo subo una historia y se me caga de risa. Mis hijos lo hacen en dos segundos". Para el actor, las generaciones se están chocando y mezclando, sin un manual que indique cómo atravesar ese cambio.
La comedia también se mete en los laberintos del cerebro, tal como ya lo había hecho Pérdida Mente, del mismo equipo creativo. Y para Vena, el aporte es necesario: "La obra muestra que todos tenemos problemas de salud mental. Si te duele la rodilla vas al traumatólogo; si tenés un tema de ansiedad, andá al psicólogo o al psiquiatra. Es un servicio", explica. "Pero seguimos cargando prejuicios, cuando en realidad todos tenemos problemitas", sentencia.

Con una historia que combina humor, tensión emocional, actualidad y crítica al ecosistema mediático, El divorcio del año promete instalarse como uno de los grandes eventos teatrales de 2026. Y mientras el reloj avanza hacia el estreno, Vena y Palomino celebran lo mismo: que el teatro siga siendo el lugar donde la complejidad humana encuentra palabras, cuerpo y, sobre todo, verdad.

