07 Agosto de 2025 13:25
En medio del escándalo mediático que reavivó la histórica enemistad entre Susana Giménez y Graciela Alfano, Mirtha Legrand rompió el silencio y dejó en claro de qué lado está. Consultada frente a las cámaras de El Trece sobre la polémica del "Tapadogate" -una disputa que mezcla brujerías, envidias de los años 90 y una reliquia de María Julia Alsogaray-, la diva de los almuerzos no esquivó la pregunta y fue tajante: no piensa invitar a Alfano a su mesa. "Por ahora no la voy a invitar. Soy amiga de Susana y habló en contra de ella. Me da pena", sentenció Mirtha con su habitual franqueza y marcando postura en la polémica.
Su frase, aunque breve, sacudió al mundo del espectáculo: es un respaldo firme y público a su histórica colega y amiga, en medio de un enfrentamiento que crece en intensidad y amenaza con llegar a la Justicia. El enfrentamiento entre Alfano y Susana estalló luego de una nota en la que la diva de los teléfonos acusó sin filtro a su colega de haberle hecho brujerías, envidiarla y querer dañarla "durante décadas". "Me trató de matar, me hizo brujerías, pero no lo logró porque no tiene talento", disparó Susana en LAM, donde además la calificó de "mentirosa patológica" y se negó a saludarla públicamente: "¿Quién es para que la salude?, ¿la Presidente?".
Lejos de suavizar el tono, Alfano respondió con dureza desde Infama: "No le tiré ni un Chaski Boom y me dio con un misil. Esto es un acto de violencia. A estas personas hay que ponerles un límite". Molesta por las acusaciones esotéricas, Alfano negó todo y lamentó haber sido estigmatizada: "Brujerías. Estoy harta. Me tienen podrida. Es la peor bajeza porque no es comprobable". En ese contexto, la voz de Mirtha suma un nuevo capítulo y marca posición con claridad. No sólo defendió a Susana, sino que también restó importancia al conflicto: "Están hace un montón con eso", dijo, dejando entrever su cansancio con la repetición de un drama que parece eterno.
La disputa se originó por la supuesta propiedad de un tapado que perteneció a María Julia Alsogaray y que cada una reclama como propio. Lo anecdótico derivó en un vendaval de acusaciones cruzadas, recuerdos viejos y heridas que nunca cicatrizaron. Incluso Alfano deslizó que la raíz del conflicto podría remontarse a los años dorados del cine con Olmedo y Porcel: "Yo la reemplacé en todas las películas que hizo. A lo mejor eso le dio rabia". Mientras tanto, el escándalo sigue sumando capítulos. Alfano ya amenaza con una demanda judicial y asegura que está "pensando en hacerle un juicio". Pero con el respaldo explícito de Mirtha, Susana suma una aliada de peso en esta batalla de divas. Y en un mundo donde las lealtades pesan tanto como los ratings, la silla en la mesa de los domingos ya tiene una ausencia asegurada: la de Alfano.

