Ovación de pie
24 Junio de 2025 10:21
La noche de los Martín Fierro de Teatro 2025 tuvo muchos momentos memorables, pero ninguno tan sentido, potente y comprometido como el que protagonizó Gabriel "el Puma" Goity al recibir el galardón más esperado de la velada: el Martín Fierro de Oro. Fue el cierre de una gala repleta de homenajes y reconocimientos, celebrada en la imponente Usina del Arte, y el broche de oro lo puso el actor con un discurso que dejó una marca profunda en el auditorio.
Conmovido y en estado de sincera gratitud, Goity subió al escenario luego de haber sido premiado por su descomunal trabajo en Cyrano, obra que ya lo había llevado a recibir una estatuilla minutos antes. "Ay, Modesto Goity, querido, qué quilombo armaste... Era mi abuelo. Gracias Modesto, a mi familia...", comenzó evocando con humor y emoción, para luego lanzarse a una defensa encendida y sentida de la educación pública.
"Quiero rendirle un homenaje a mis profesores de teatro de la Escuela Nacional de Arte Dramático", dijo, con voz quebrada, y sumó con fuerza: "Decirles con orgullo que la mayoría de los integrantes del elenco de Cyrano son egresados de la Escuela Nacional Dramático, hoy UNA. Hoy es nacional, antes municipal. ¡Qué importante es la educación pública! Qué agradecido estoy con la educación pública, es un gran orgullo representarlos...".
En una ceremonia donde se premiaron dos temporadas consecutivas -2023/2024 y 2024/2025- Goity usó su tiempo frente al micrófono no solo para agradecer sino también para visibilizar una realidad que atraviesa a muchos de sus colegas: "Todos los que estamos acá dejamos todo por el teatro. El teatro hay que militarlo. Le agradezco a mis profesores y a mis compañeros del conservatorio, con los que estudiamos, con los que no todos tuvimos la suerte de ser visibles".
La ovación no tardó en llegar. Pero el Puma fue más allá. Con el oro en la mano, pidió explícitamente el sostenimiento del Instituto Nacional del Teatro, en un contexto donde el sector atraviesa serios recortes presupuestarios. "Muchos están en la provincia dando clases, haciendo actuaciones independientes, por lo que es fundamental el Instituto Nacional del Teatro para que sigan trabajando. Por favor, le pido que lo revisen", concluyó, apelando directamente a las autoridades.
En una noche que también homenajeó a gigantes como Mauricio Kartun, Julio Chávez y el elenco de Brujas, el discurso de Goity se distinguió por su tono político, generacional y profundamente humano. Frente a un país donde la educación pública y la cultura están siendo sistemáticamente desfinanciadas, sus palabras fueron un recordatorio conmovedor de lo que está en juego: el acceso, la equidad, la memoria colectiva y el derecho a formarse sin importar el origen social.
Conmovido, comprometido y agradecido, el Puma Goity se llevó el oro. Pero lo más valioso que dejó fue su defensa inclaudicable de la educación pública como semillero del arte argentino. En una ceremonia donde el teatro brilló por su diversidad, su fuerza y su historia, su voz resonó como un acto de militancia cultural. Porque, como él mismo dijo con orgullo y sin vueltas: "¡Qué importante es la educación pública!".
