18 Agosto de 2025 14:55
Rafael Ferro tiene una trayectoria intachable en televisión, cine y teatro, con recordadas participaciones en ficciones como Resistiré, Guapas y Lalola. Sin embargo, la actuación también tiene sus temporadas bajas, y el actor lo vivió en carne propia. "El actor vive muchas veces pandemias, yo hace poco estuve siete meses sin laburar", confesó en una entrevista con Fabián Casas en Picnic Extraterrestre. En ese parate, Ferro decidió reinventarse. "Tenés un montón de tiempo y no sabés qué carajo hacer. Llevás los nenes a la plaza y en un momento sin laburo, la guita cayendo, yo dije 'tengo que salir a probar si puedo laburar de otra cosa'. Me anoté en Uber y empecé", contó.
El actor reconoció que al principio se topaba con la sorpresa de los pasajeros: "La obviedad, me preguntaban si era el actor. 'Sí, sí', les decía. Después me empecé a recopar. Era domingo a la noche, llovía y yo salía; era un ansiolítico. Salía a manejar. No es que no me alcanzaba la guita, pero tener demasiado tiempo libre a veces hace mal. Era para salir a hacer algo y después me empecé a copar, tiene algo muy potente salir a la noche".
Lejos de vivirlo como un fracaso, Ferro tomó la experiencia con humor e incluso llegó a inventar excusas creativas. "Al principio, para zafar, les decía que estaba estudiando un personaje: un taxi driver porteño", recordó entre risas. El punto de giro llegó en plena jornada al volante: "Me quedó grabado cuando me llegó la noticia, 'che, te eligieron'. Yo estaba haciendo un Retiro-Aeroparque, estaba por dejar a un pasajero en Aeroparque y ahí me enteré que me querían para ese papel", contó.

El papel en cuestión fue el de Quebranto, la serie de Disney+ que tiene a Tini Stoessel como protagonista. "Pasé de chofer a ganar muy bien, porque cuando te pagan, te pagan bien afuera", agregó sobre la producción filmada en México. Hoy, a los 59 años, Ferro volvió a la pantalla grande con dos proyectos fuertes: Quebranto y Margarita, donde se pone en la piel de un villano junto a Isabel Macedo. Y aunque su lugar natural es la actuación, no esconde el orgullo de haber sabido reinventarse cuando la industria no lo llamaba. Su historia, que comenzó en el deporte (fue jugador de squash en Alemania hasta los 25) y luego lo llevó a construirse como uno de los actores más versátiles de la ficción argentina, suma así un capítulo inesperado: el de un artista que, antes de volver a brillar en las pantallas, encontró refugio y adrenalina manejando.

