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Vanesa González: "A veces prefiero dar clases, antes que hacer algo como actriz que sienta que me daña"

La artista protagoniza Después del ensayo, en el Teatro Picadero.

por Eli Salas

28 Octubre de 2023 08:06
Vanesa gonzalez 2

Vanesa González es un mar de inquietudes. Siempre en movimiento -aunque aprendiendo a desacelerar los tiempos- encuentra disfrute en un arco tan amplio como infinito. "A veces siento que podría trabajar de cualquier otra cosa, porque me interesan otras actividades. Me gusta actuar, pero me encanta la vida", dice la actriz casi como una declaración de principios. Los mismos que, anclados sostenidamente al arte desde sus 12 años, la llevan a habitar, hurgar y explorar nuevos proyectos que la representen. 

Vanesa gonzalez 2
Vanesa gonzalez 2

 

Esta vez, bajo la dirección de Daniel Fanego y texto de Ingmar Bergman en el Teatro Picadero. "Es una obra que habla de lujuria por la vocación y de esos encuentros que tienen que ver con el mundo tan privado de un ensayo, donde quizás saliste a la puerta y todo eso dejó de existir", dice tras estrenar "Después del ensayo" -los domingos 16 horas- y mover algunas piezas laborales que le permitieron concretarlo este año.   

"Conocía la historia aunque no había visto la película. Si bien tenía dudas respecto a la dramaturgia y llevarlo al  teatro, tomamos un café con Fanego y hablamos. Después fluyeron las ganas de hacerlo, de trabajar juntes y empezó el trabajo de mesa", cuenta a BigBang la joven formada con Lito Cruz.

-¿Cómo resuena esta obra en tu propio camino artístico? Porque está directamente ligada a tu oficio. 

-Sobre todo, lo que más me atrajo de la obra es eso. En mi vida una de las cosas por las que siento un amor muy directo, indudable e inconfundible es con mi trabajo. Siempre he tenido relaciones muy intensas con las personas que trabajo, de mucho aprendizaje, tensiones y todo lo que implica la lujuria de la vocación. Y cuando te cruzas con gente también apasionada, se generan vínculos muy intensos, a veces atravesados por tratos y formas que son una mierda, que con el tiempo fueron cambiando a través de las luchas sociales y todo, pero atravesado por eso. En la actuación siempre estamos sobrevinculados. Y nuestra propia vida termina siendo material para después ponerlo ahí. 

-¿De chica te costó encontrar esos pares que vibraban tu misma pasión? 

-Me pasaba en el colegio que no encontraba mi lugar. Con mi familia, que me sentía muy a solas. Y cuando empecé a estudiar teatro, dije: ah, está buena la vida. Es por acá. Tuve una niñez muy solitaria. Mi mamá me decía: "eras una niña callada". Pero tenía que ver con sentir que no era un lugar para abrirme. Y a los 12, cuando empecé a estudiar teatro en Banfield encontré gente interesada por lo mismo. Hasta que a los 15, en la escuela de Lito Cruz, dije: 'acá tengo amigos'. Eso me dio mucha vitalidad y me empecé a conocer. Mi voz, mi emoción... Me enamoré del oficio, de personas, más allá de relaciones amorosas. Personas que hablaban de esto, que es todo un mundo para mí. 

Vanesa González
Vanesa González

 

-Y dentro de ese mundo artístico: ¿Te pasó como a Daniel Fanego, de sentirte atraída por comprar derechos de una obra? 

-Sí, me pasó y, de hecho, los compré. Tengo muchos planes de hacer algo con esos derechos. A veces me cuesta salir del lugar de actriz. Siento que todavía necesito un poco más de tiempo para tener una mirada más global. Esa obra que compré, "El Square", de Marguerite Duras, la iba a hacer con Carlitos Portaluppi y no encontramos el momento. Pero está el material y cada tanto renuevo los derechos. 

-Te pudiste dar ese lujo... 

-También es la posibilidad de encontrar un material que te atraiga. A veces no existe, y a veces te pasa y decís: "Quiero hacer esto". 

-¿Te pasó cuando hiciste la obra "Jauría"? Con mensaje tan comprometido contra la violencia de género. 

-Me pasa que me está resultando imposible hacer trabajos en los que no me guste de lo que tengo que hablar. Por momentos, me da mucho placer serme fiel y a veces me digo: Tenés que abrirte a algo más. Porque también restringe ciertas posibilidad económicas o financieras para mi vida. A veces me causa algún tipo de angustia cosas que llegan y digo: ¿cómo puedo hacerlo todos los días? Y no es que sea un material feo, pero estoy demasiado impulsada por lo que quiero decir. 

-¿Le dijiste que no a muchas cosas en el último tiempo? 

-Sí y me lo respeté, más allá de tener necesidades. Preferí ajustar mi vida, pero no pasarla mal porque me pasó de hacer cosas que después no la pasé bien a nivel salud. Prefiero, por ejemplo, dar más clases, antes que hacer algo como actriz que sienta que me daña. 

-¿El cuerpo te pasó factura? 

-Mucho. Y además subestimé, diciendo: "Después voy y lo disfruto". Pero la pasé mal. Nuestro trabajo es de mucha exposición y no hablo de la exposición "cool", me refiero a poner el cuerpo. Después hay que ir y sostener con tu cuerpo, tu respiración... 

vanesa Gonzalez
vanesa Gonzalez

 

-¿Y, bajar la exposición pública, fue otra decisión consciente para cuidarte más? 

-No siento que haya tenido demasiada. Sí en una época hacía mucha más televisión que teatro. Después hubo un trabajo puntual en tele que no me hizo nada feliz y tiene que ver con esto que conversamos. Entonces decidí cuidarme porque el precio es bastante caro. 

-Así sea una gran fuente de ingresos... 

-Ni hablar. Yo creo que por eso también me pude comprar mi casa siendo chica. La tele es un espacio espectacular donde hay muchos avances que se pueden hacer a nivel laboral. Pero no hay que entregarle a ese espacio "el todo" de la vida. 

-El teatro Picadero, donde estás hoy, está en ese límite entre un espacio comercial-independiente. Esos dos ecosistemas que vos conoces muy bien. 

-Sí, también me ha pasado con espacios como el Cervantes, que funciona como una especie de empresa, donde todas las aéreas están comunicadas y desde sastrería hasta iluminación leyó la obra. Eso es muy difícil. Y a mí eso, llamalo exagerada, pero me da paz. Porque siento que solo así se pueden hacer cosas que tengan sentido. Y eso dejó de existir. El amor al arte. Hay que trabajar para eso. 

-Hablando del amor al arte. ¿Te enganchas con otras cosas no artísticas? 

-Entreno bastante desde muy chica.  No solo para verme como deseo sino como un espacio para bajar y conectar conmigo. Siento que por mi tipo de carácter entrenar me es mejor que estar más quieta. 

-¿Te cuesta? 

-Me cuesta el ocio. Puedo tener momentos de ocio si estoy acompañada, pero sola siempre estoy haciendo algo. Y es un tema. Estoy aprendiendo a estar más tranquila. 

Vanesa González
Vanesa González

 

-La pandemia te debe haber sacudido... 

- Fui absolutamente hipocondríaca y creí tener todo lo que existe en este mundo. Hasta me hice ese estudio en el que te metes en el tubo... Un día, pasando letra en un Zoom, pensé que tenía algo en la cabeza entonces llamé un neurólogo. El nivel de hipocondría que viví fue tremendo. Y lo único que me salvaba era el deporte, entrenar cinco veces por semana. Después me gusta mucho cocinar, pasar tiempo con mis amigos. A veces siento que podría trabajar de cualquier otra cosa porque me gustan otras actividades también, me interesan las cosas. 

-¿Concretaste la idea de anotarte en la facultad? 

-Yo hice el CIC, Centro de Investigación Cinematográfica, además de teatro. Pero después tuve mucho deseo de estudiar Psicología y Antropología. Me anoté en la UBA mil veces pero fue imposible hacer el CBC por cuestiones laborales que me frustraban. El año pasado hice el ingreso de la USAM para hacer Antropología y cuando termina, me sale una película dos meses y medio en Ushuaia. No pude rendir los exámenes.  Pero tengo mucho deseo de estudiar algo que no tenga que ver con la actuación, necesito hablar de otra cosa. Sino es como estar embriagado todo el tiempo. Es una necesidad de respirar algo más. 

-Decías que te compraste tu propia casa de chica. ¿Sos buena administrando tu plata? 

-Un buen administrador fue mi padre que me ayudó a hacerlo de chica porque es algo que me cuesta mucho. Es una tarea donde los actores tendríamos que ser más pillos. A veces pierdo el registro de lo que gasto o voy a comer y empiezo a invitar gente como si fuera una millonaria. (Risas) Pero no soy una gastadora ni voy de shopping, sí me gusta comer afuera y compartir.

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