12 Julio de 2016 06:18
El azúcar es delicioso y nadie puede decir lo contrario. Incluso sin quererlo, consumimos azúcar a diario. Seguramente ya sepas que las grandes cantidades de azúcar no le hacen nada bien a tu cuerpo. Pero, ¿cómo saber si ya es demasiado? Estas siete señales te van a guiar.
¡Paremos con el azúcar!
Si deseás dulces constantemente:
Cuanto más azúcar consumís, más querés. Está demostrado que es un alimento adictivo y que al consumirlo, el cerebro pide más y más. Probablemente, tus papilas gustativas ya estén adaptadas a la gran cantidad de azúcar que consumís, entonces tu cerebro necesita más cantidad de azúcar para sentirse igual de bien.
Las dietas altas en azúcar provocan una respuesta hormonal que genera que el cuerpo necesite del alimento. Si esto te pasa, está clarísimo: es momento de parar.
¡Malditos dulces!
Baja energía durante el día:
El consumo de azúcar hace que los niveles de insulina crezcan rápidamente, y que sintamos mucha energía. Pero cuando el nivel de insulina baja, la baja de la energía se vuelve muy notoria.
Lo ideal es mantener el nivel de azúcar estable en sangre, para no sentir estas subas y bajas. No es lo más fácil del mundo, pero hay que equilibrar la cantidad de glucosa diaria. Triste, pero real.
¡Ufff!
¡La piel!:
Algunas personas son muy sensibles a la glucosa y por ello pueden sufrir problemas en la piel. Los cambios hormonales pueden ocasionar granitos y rosácea, y los resultados negativos de la ingesta de azúcar se ven rápidamente.
En estos casos, cambiar la dieta y consumir menos azúcar puede ser de mucha ayuda.
¡Ojo con el azúcar y acné!
¡Los dientes!:
El azúcar se mete entre las cavidades de los dientes y forma un ácido dañino para el esmalte dental. La saliva se encarga de mantener el equilibrio de la acidez en la boca, y una gran cantidad de azúcar rompe con ese equilibrio y genera caries.
¡Así no!
El cerebro se nubla:
Si cuando terminás de comer te morís por algo dulce es porque en el resto del día estás consumiendo dulces de más, los niveles de azúcar bajan muy rápido y el cerebro se adormece, por la falta de glucosa. ¡Urgente, menos azúcar!
¡Pero un poquito no hace mal a nadie!
Más nervios:
Una gran cantidad de azúcar en la sangre, ya lo dijimos, te pone muy bien, pero la rápida baja de la misma genera mal humor, irascibilidad y reacciones adversas.
Consumir menos glucosa puede que te afecte unos días, pero es hasta que se nivele en la sangre. ¡Después te vas a sentir mucho mejor!
Más tranquilos sin azúcar.
Todo parece menos dulce:
El consumo excesivo de azúcar bombardea el paladar y hace que la tolerancia al azúcar sea cada vez mayor. Cada vez se necesita más y más azúcar para satisfacer el "antojito dulce".
Con cuidado.
¡Más azúcar comés, más azúcar querés!. Si nada sabe lo suficientemente dulce, es momento de bajar las revoluciones azucareras. ¡Ya!