30 Julio de 2018 15:30
Lourdes Espíndola, la mujer policía de 25 años a la que le dispararon un tiro en el cuello para robarle el arma reglamentaria, falleció este lunes en el Hospital Posadas. Los médicos le diagnosticaron muerte cerebral y le informaron a su familia que su estado era "irreversible".
La familia de Lourdes donó sus órganos a través del Incucai y Cucaiba.
De esta manera, su familia donará sus órganos. Después de que los mismos sean evaluados por el arsenal de médicos que se encuentra analizando los restos de Espíndola. Algunos de los órganos de la mujer policía van a ser trasladados a Rosario, a una clínica de nefrología.
Otros, en cambio, quedarán en el banco del CUCAIBA. Según detallaron los propios médicos, hay órganos que tienen un margen delicado para ser trasladados y donados que va de 4 a 24 horas. El corazón, por ejemplo, tiene un límite de cuatro horas para ser donado.
La oficial tenía un hijo de 6 meses.
Lourdes Espíndola trabajaba en el Comando de Patrullas de Moreno. El sábado, poco antes de las 19, mientras esperaba el colectivo en la avenida Quintana y colectora del Acceso Oeste, Ituzaingó, para regresar a su casa, dos hombres en moto la asaltaron y le dispararon después de un forcejeo. Tras el violento episodio, se dieron a la fuga y todavía no fueron detenidos.
La oficial fue llevada de urgencia al hospital Posadas, donde se le diagnosticó “muerte cerebral” el domingo. En grave estado, Lourdes fue intervenida por el balazo que ingresó en el cuello y perforó la carótida. Si bien la uniformada llevaba $5.000 pesos en efectivo, los delincuentes sólo se llevaron su arma reglamentaria y huyeron de la escena del crimen.
Los investigadores sostienen que la intención de los motochorros era atacarla para “robarle” el arma a la oficial, quien era mamá de un nene de seis años y luchó por su vida durante estas horas tras ser operada y permanecer en estado crítico en terapia intensiva.
Lourdes tenía 25 años, un hijo de seis años -quien horas antes del crimen le había mandado un mensaje diciéndole que la estaba esperando en la casa- y estaba en pareja con Fernando Altamirano, de 34, quien también era policía.
La mujer trabajaba como oficial del Comando de Patrullas de Moreno los días impares y como adicional cumplía tareas en el peaje Quintana B del Acceso Oeste. Luego de recibir el disparo, Loudes alcanzó a mandarle un mensaje a su pareja: "Me balearon, me estoy muriendo".
Tenía 25 años y estaba en pareja de Fernando Altamirano.
Según contó Juan Carlos Espíndola, el papá de la oficial, en diálogo con Radio Mirtre, Lourdes soñaba de muy chiquita con ser policía. "Desde que iba a jardín su sueño era ser policía. Nunca se sacó eso de la cabeza. Mi hija era muy laburadora y nunca agachaba los brazos" remarcó.
Además, remarcó la oficial tiene dos hermanos y aseguró que los policías no están protegidos por el Estado: "El Gobierno debería preocuparse más, ver lo que pasa por dos pesos. Están más protegidos los chorros que los policías. Tienen más derechos los chorros que los policías”.
Por otra parte, Fernando Altamirano, esposo de la agente, confirmó que donarán los órganos de la mujer policía y remarcó que luchará para que se haga justicia por su mujer. "No me voy a quedar con brazos cruzados", sostuvo, visiblemente conmovido, el esposo de la oficial.
Le diagnosticaron "muerte cerebral" horas después de la operación.
Furioso por lo que le pasó a Lourdes, Altamirano aseguró que dejaría de ser policía y habló de la complicada vida que llevaban ambos. “Teníamos sueños para hacer nuestro dúplex, porque no queríamos esperar a que nos den un tiro. No se puede vivir más en este país. Ya no quiero ser policía. No voy a permitir que mis hijos se queden sin papá", aseguró.
Según su familia, el sueño de Lourdes siempre fue ser policía.
Y sentenció: "No quiero que esto quede acá, no quiero que nos abandonen. Quiero que esto haga ruido, que no nos olviden. No me voy a quedar de brazos cruzados. La gorda de allá arriba me dice que luche. Voy a luchar para que mis compañeros tengan mejor sueldo. Nos prometieron algo y no lo cumplieron. Con Lourdes apenas vivíamos con el adicional”.