21 Mayo de 2025 10:16

El Ministerio de Salud de la Nación, a cargo de Mario Lugones, oficializó esta semana a través del Boletín Epidemiológico Nacional N° 756 que el número de pacientes afectados por la droga contaminada se disparó de 18 a 66. De ellos, 54 fueron ya confirmados, 12 permanecen bajo investigación y nueve fallecieron. Se trata de pacientes que se encontraban internados por otras causas y a quienes se les administró fentanilo durante procedimientos clínicos. Los casos confirmados se reparten entre la provincia de Buenos Aires (18), Santa Fe (36), y otros sospechosos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Neuquén.

El fármaco en cuestión pertenece al lote 31202, vencimiento septiembre 2026, del producto "FENTANILO HLB" (citrato), en solución inyectable, presentación de 100 ampollas por 5 ml. La droga fue fabricada por HLB Pharma Group S.A. y su elaborador, Laboratorio Ramallo S.A. El análisis microbiológico reveló que la partida estaba contaminada con dos patógenos de alta peligrosidad: Klebsiella pneumoniae y Ralstonia pickettii, ambos conocidos por generar infecciones severas en pacientes inmunocomprometidos.
Las primeras muertes fueron reportadas en La Plata. Luego, la tragedia golpeó Rosario, donde otra persona perdió la vida y tres más luchan por sobrevivir tras haber recibido la misma medicación. En paralelo, la ANMAT ordenó la clausura del laboratorio HLB Pharma, ubicado en San Martín, y extendió la prohibición a todos sus productos, incluidos medicamentos de uso masivo como agua destilada, diclofenac, lidocaína, omeprazol y morfina.
También se interrumpieron las actividades del laboratorio Ramallo, cuyos escandalosos antecedentes lo colocan hoy en el ojo del huracán. Una inspección de la Dirección de Fiscalización de Riesgos del Instituto Nacional de Medicamentos (INAME), firmada en el acta N° 2024/3332-INAME-677, reveló un panorama desolador: ausencia total de trazabilidad, bitácoras inexistentes, lotes liberados sin certificados de análisis, y uso de instalaciones no autorizadas.
Se encontraron productos vencidos, sin etiquetado, sin control de stock, ni condiciones básicas de esterilización. El sistema informático era inexistente; los registros, manuales y fragmentarios. "La gravedad es tal que se hallaron frascos con pérdidas, etiquetas erróneas y ampollas sin control analítico en el mismo lugar donde se fabricaba un medicamento de altísima sensibilidad como el fentanilo", advirtió un inspector del INAME.

Además, según reveló el periodista Federico Teijeiro en el programa "Guada Recargada" por Radio Rivadavia, el laboratorio Ramallo está ubicado a metros del río Paraná y próximo a la frontera con Paraguay, lo que despierta alarmas judiciales sobre un posible desvío de fentanilo hacia el narcotráfico regional. Pero lo más perturbador no es lo que ocurrió este año. Según fuentes judiciales y sanitarias, las irregularidades en Ramallo eran conocidas desde 2018. Informes internos de ANMAT señalaron las mismas falencias ahora expuestas, sin que nunca se haya clausurado el establecimiento. ¿Por qué no se actuó a tiempo?
Una de las funcionarias señaladas es Gabriela Carmen Mantecón Fumadó, actual directora nacional del Instituto de Medicamentos, designada por excepción pese a haber tenido la matrícula de abogada suspendida en 2014. Desde que asumió el cargo, su gestión acumuló denuncias por falta de control, inacción y favoritismo a ciertos laboratorios. Ahora, el juez federal Ernesto Kreplak -hermano del ministro de Salud bonaerense Nicolás Kreplak- está a cargo de una investigación que no descarta ampliar imputaciones a funcionarios por demoras injustificadas y presuntas complicidades políticas.
Se ordenaron allanamientos en las sedes de ANMAT, HLB Pharma y Laboratorios Ramallo. La sospecha de desvío de fentanilo hacia Paraguay y su uso en drogas sintéticas ya forma parte del expediente. El escándalo tiene un efecto dominó en todo el sistema de salud pública. En Río Negro, donde HLB Pharma era proveedor habitual, el gobierno provincial debió activar compras de emergencia para reponer más de una docena de medicamentos críticos.
La situación se replica en múltiples hospitales del país, que quedaron sin acceso a insumos básicos. La Federación Sindical de Profesionales de la Salud (Fesprosa) advirtió que el retiro forzado de los medicamentos representa "un golpe demoledor" al funcionamiento de los hospitales públicos, ya que muchos de esos productos representaban el grueso del stock disponible. "Queremos saber cómo se va a reponer este vacío en los hospitales y quién va a responder por las muertes y la desidia", señalaron desde la organización gremial.

La historia comenzó el 7 de mayo, cuando el Hospital Italiano de La Plata alertó sobre un brote de bacterias en pacientes de terapia intensiva. El 8 de mayo, ANMAT emitió un alerta para no usar el lote sospechoso. El 10 de mayo, el Ministerio de Salud emitió nuevas directrices para la vigilancia y control. Pero para ese momento, el daño ya estaba hecho: nueve personas habían muerto por una cadena de negligencias, omisiones y falta de controles. Hoy, con el sistema de control sanitario en ruinas, con laboratorios que operan sin estándares mínimos, y con un fentanilo que pudo haber llegado al narcotráfico, la salud pública argentina vuelve a entrar en emergencia.