17 Septiembre de 2025 16:41
El gendarme retirado Héctor Guerrero compareció este martes ante el juzgado de María Romilda Servini, subrogado por el juez Ariel Lijo, para ser indagado en el marco de la causa que investiga el ataque al fotoperiodista Pablo Grillo durante la protesta el pasado 12 de marzo.
Guerrero, señalado como responsable del disparo que casi le cuesta la vida al fotoperiodista enfrenta una acusación por "homicidio en grado de tentativa", tras la evolución clínica de la víctima durante su hospitalización.

En las afueras de los tribunales de Comodoro Py, familiares, colegas y miembros de la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA) realizaron una clase pública y una muestra fotográfica titulada "Libertad de expresión y derecho a la protesta". Entre los asistentes estuvo Fabián Grillo, padre del fotoperiodista, quien expresó un moderado optimismo respecto a la recuperación de su hijo y dijo que está mostrando mejoras en su autonomía; además, expresó: "Hasta discutió conmigo ayer, lo que considero un buen signo", comentó.
El incidente ocurrió mientras Pablo cubría una marcha en apoyo a los jubilados cerca del Congreso de la Nación. Según las investigaciones, fue impactado en la cabeza por un cartucho de gas lacrimógeno disparado desde una pistola lanza gases Federal y Halcón, modelo Unic Tipo Lanzagases, calibre 38.1 mm. La reconstrucción técnica del disparo, elaborada por peritos Rodolfo Pregliasco y Martín Onetto junto a la organización del Mapa de la Policía, reveló graves inconsistencias respecto al protocolo oficial de Gendarmería Nacional.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, defendió el accionar de las fuerzas federales argumentando que el disparo se realizó siguiendo el polémico protocolo antipiquetes, que indica disparar oblicuamente hacia el suelo para evitar daños directos. Sin embargo, los informes técnicos desmintieron esta versión. Los peritos concluyeron que el disparo no respetó los ángulos permitidos por el manual oficial, que establece como límites entre 30 y 45 grados hacia abajo o 45 grados hacia arriba para minimizar riesgos.
La reconstrucción balística determinó que un disparo en ángulo ascendente habría alcanzado una distancia tres veces mayor a la que separaba a Guerrero y Grillo en el momento del impacto. Esto descarta por completo que se haya seguido el protocolo establecido. Además, los peritajes realizados en el lugar del hecho confirmaron que el disparo fue directo y no en parábola, como sostiene la defensa del acusado.

