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Cómo vive en la cárcel el asesino serial más famoso del país

El "ángel negro” lleva preso 43 años. Entre 1971 y 1972 mató a once personas. Pasa sus días en la cárcel de Sierra Chica. Ayer la Justicia volvió a negarle la libertad por sexta vez en cinco años.

por Rodolfo Palacios

23 Mayo de 2015 14:20
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Imágenes de Robledo registradas en 1972.

“Saber que voy a morir acá adentro, en esta ratonera inmunda, es la peor condena”, le dijo Carlos Eduardo Robledo Puch, el “ángel negro” que en 1972 mató a once personas, a un compañero de pabellón. Es el detenido más famoso de la cárcel de Sierra Chica. Lleva 43 años preso y lo más probable es que siga mucho tiempo más tras las rejas. En 1980 fue condenado a prisión perpetua por tiempo indeterminado.

El Tribunal de Casación Penal bonaerense rechazó ayer un nuevo pedido de otorgamiento de libertad presentado por  Robledo Puch, quien tiene 63 años. Es la sexta vez en cinco años que la Justicia le niega la posibilidad de salir. “No reúne las condiciones para el reingreso al medio libre”, argumentaron los jueces de la Sala III de Casación, Ricardo Borinsky y Víctor Violini.

Robledo Puch fue detenido en 1972. Vivía en Villa Adelina con sus padres.

Robledo pasó más tiempo adentro de una cárcel que fuera de ella. En exclusiva, BigBang te cuenta cómo vive el preso más antiguo del país.

El asesino vive solo en una pequeña celda del pabellón 10. “La extraño mucho”, dice sobre Kuki, la gata de 12 años que dormía con él y se escapó. Escucha una vieja radio y tiene un televisor blanco y negro. Mira los canales de noticias y películas de acción. “Habría que prohibir a Tinelli porque degrada la moral y las buenas costumbres”, dijo sobre el conductor del programa más visto del país. Aunque una vez se enojó porque hicieron un chiste con él, le gusta mirar a Capusotto. Cuando cayó detenido, muchas mujeres le escribían cartas porque querían conocerlo o tener una visita íntima.

“Habría que prohibir a Tinelli porque degrada la moral

Por las noches, escribe discursos peronistas y sigue una especie de diario de sus días de encierro. Es fanático de Perón: tiene los libros de sus discursos, “La comunidad organizada” es su libro de cabecera y hasta imita al general. “Voy a hacer un llamamiento a los jóvenes. Y pienso suceder a Perón”, dice con la voz impostada. “Se cree Perón”, dijo una de las psicólogas que lo examinó hace dos años.

Dibujo infantil hecho por Robledo. Es fanático de River.

El primer intento de Robledo Puch por conseguir la libertad fue en 2013. Pero la Justicia se la negó porque consideró que era “altamente peligroso” para la sociedad.

Leyenda negra

“Sólo robé. Y lo hice porque era un Robin Hood idealista”, dijo Robledo Puch. Siempre negó haber matado. Lo hacía a sangre fría: por la espalda o mientras sus víctimas dormían. Las historias que se cuentan del famoso asesino son insólitas. Una vez se puso antiparras, una sábana como capa y prendió fuego parte del taller de carpintería al grito de “¡soy Batman!”. En 1982 le mandó una carta al general Galtieri en la que se ofrecía para combatir en las Islas Malvinas.

Robledo no suele hablar con sus compañeros. Los guardias lo tratan como una mascota. Le dan comida, le llevan diarios o revistas. Hace unos meses pensaron que se había escapado, pero lo encontraron escondido en un techo, con un plato de comida. “Quiero que hagan la película sobre mi historia. Me gustaría que la dirija Scorsese. ¿Quién debería hacer de mí? Leonardo Di Caprio. Sin dudas”, dijo una vez.

Robledo Puch en 1980. Quiere que su papel en cine sea interpretado por Di Caprio.

Ningún juez quiere liberar a Robledo Puch. “Estoy solo en el mundo, nadie viene a verme”, dice entre lágrimas. Eso no conmueve a los jueces. No olvidan que cuando el famoso asesino fue condenado, en 1980, miró a los jueces y les dijo: “Algún día voy a salir y los voy a matar a todos”.

Ese día nunca llega.

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