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¿Otro caso de mala praxis en el Garrahan? Le diagnosticaron "gastritis crónica": perdió un pulmón y el otro está dañado

Se llama Brisa, padece Hemoptisis y su mamá denunció ante la Justicia que su estado crítico se debe a la "mala praxis y negligencia" de los médicos que atendieron a su hija en el Hospital pediátrico. 

por Alejo Paredes

31 Mayo de 2019 15:54
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“Mi hija no tiene precio, yo no quiero plata. Quiero que se disculpen con mi hija, para estar en paz. Ellos lo primero que quieren es ponerte un número, pero mi hija no es un número. Se negaron a reunirse conmigo y cuando me fui a quejar me sacaron con la policía”.

Patricia Sánchez es una dolida mamá que lucha contra el sistema para defender la salud y el bienestar de su hija: Brisa Herrera, de 16 años, quien pasó toda su adolescencia internada a causa de un “mal diagnostico”  hecho por los especialistas del Hospital Garrahan, según denuncia.

Todo ocurrió cuando Brisa tenía solo 12 años. El 14 de septiembre de 2013, Patricia trasladó de urgencia a su hija al hospital pediátrico ya que presentaba fuertes dolores en la espalda, pecho y estómago. “Ella vomitaba sangre y me decían que era una gastritis crónica. A ella le dolía toda la espalda. Me dijeron que tenía eso, pero nunca me presentaron ningún estudio”, contó.

En diálogo con BigBang, la conmovida mujer relató que a partir de ahí la vida de su hija se convirtió en un calvario que jamás pudo superar. Por aquel entonces, Brisa quedó internada, diagnosticada con gastritis, le recetaron omeprazol y rimantadina, pero los dolores nunca cesaron. “Mi hija vomitaba tupper llenos de sangre por día”, recordó.

Como no mejoraba, su hija pasó gran parte de su niñez internada y, según le cuenta Patricia a este portal, recibió todo tipo de discriminación por parte de los enfermeros del Hospital: “Me trataban de loca porque les decía que mi hija gritaba de dolor. A mi hija le hacían la psicológica, le decían que se la aguante, que no le tenía que doler". 

Según explicó, Brisa a veces recibía comida y otras tantas la dejaban sin comer entre cuatro y seis días mientras se encontraba internada. “Durante cinco años mi hija entraba y salía de internación. Le sacaban sangre, le hacían análisis de orina, endoscopio, pero más que eso no hacían. Solo le daban omeprazol. Nunca hicieron nada para solucionar el problema”, aseguró.

Y continuó: “Le dieron el alta antes de que ella cumpla 15 años, le mandaron a hacer dieta y le dieron un protector gástrico. Una de las médicas además le aplicó a Brisa una inyección anticonceptiva trimestral, que hizo que dejara de tener su periodo por ocho meses”. Pero el dolor persistía y Patricia no tardó en regresar al Garrahan una vez más, luego de que su hija recibiera el alta.

El 2 de enero del año pasado, ya con 15 años, Brisa ingresó una vez más al Hospital con un dolor agudo y vómitos de sangre. La volvieron a someter a un fuerte ayuno y a una endoscopía que, según reveló, arrojó los mismos resultados: una gastritis crónica. Desilusionada, preocupada y enojada por la falta de respuestas, decidió llevar a la menor a “La Clínica Modelo de Lanús”.

Fue ahí donde a Brisa la sometieron a una “sonda nasogástrica”, explicándole que le iban a llenar el estómago para ver cuánta sangre le sacaban. Pero, para la sorpresa de los médicos, el estómago de Brisa estaba vacío. El problema era otro: los pulmones. “´Mamá, tu hija tiene un pulmón colapsado y corre riesgo su vida´, fue lo que me dijo el Dr. Álvarez”, contó.

Y siguió: “No salió nada de sangre del estómago. ´Esto nunca fue el estómago, es el pulmón´, me dijeron. Mi hija subió directamente a terapia para estabilizarla y de ahí hacerle una fibrobroncoscopia. Pero no pudieron hacerla porque el pulmón estaba destrozados, estaba lleno de coágulos. Yo no lo podía creer y la trasladaron a la Clínica de Morón”.

Patricia recordó que los médicos de la Modelo de Lanús le aseguraron que hubo un “abandono total” de parte de los médicos en el Garrahan y le advirtieron sobre las complicaciones de la operación. “Brisa estuvo tres días en terapia, le hicieron estudios y determinaron que hubo un abandono médico porque esto se podía haber hecho los primeros meses”, dijo.

“Me la operaron, pero me dijeron que de 10 personas, solo sobreviven 2 a este tipo de cirugías porque el pulmón es más sangrante que el corazón. A ella le quedó solo el tronco del árbol del pulmón izquierdo. Me dijeron que no existen remedios para este problema. A ella se le rompían los tejidos dentro del pulmón”, le explicó a este sitio.

La operación duró más de siete horas y Brisa salió como “dependiente” de un respirador artificial que la ayudaba a recibir oxígeno: “Quedó con un presión de 9/8. De ahí no sube ni baja. Ahora el pulmón derecho se está forzando por trabajar, se le está ramificando. Tiene el mismo problema que en el izquierdo. A principio de febrero nos salió que el otro pulmón se dañó”.

Su hija padece “Hemoptisis” y Patricia no lo duda: “¡Es culpa de los médicos que atendieron a mi hija en el primer momento! Me dijeron que esto era curable al comienzo, cuando tenía 12 o 13 años y que el cuadro se agravó. Tengo testigos para presentar, me llamaron de la fiscalía y me dijeron que el Garrahan se negó a entregar la historia clínica en cinco oportunidades”.

Es por esta razón que decidió radicar una denuncia por “lesiones culposas, mala praxis y negligencia” contra los doctores Christian Weyersberg (Gastroenterólogo y médico de cabecera), Valeria Bulgach (médica de adolescencia), Adriana Botero (Gastroenteróloga y pediatra), Carolina Semerdjiian y Florencia Ayala, todos ellos especialistas del Hospital Garrahan. La causa quedó en manos de la Fiscalía N°39 a cargo del fiscal Gonzalo Ezequiel Viña

Según le contó la mujer a este sitio, los cirujanos que atendieron a su hija en la Clínica de Morón le manifestaron que la patología de Brisa era de “larga data y que su falta de tratamiento fue la que lo agravó y le hizo perder su pulmón izquierdo”. Al mismo tiempo, le pidieron la historia clínica de su hija, pero del Garrahan se niegan a entregársela.

“En el Garrahan nunca nos dieron explicaciones y nunca quisieron dar la cara. Me sacaron con decenas de policías de la Federal. Nos tiraban la comida así nomás. No porque seamos pobres nos tienen que tratar mal. Mi hija quedó ida, nula. No quiere ni hablar con el psicólogo. Ella en enero cumple de 17 y no tuvo nunca una infancia normal porque se la pasó internada”, contó.

Y sentenció: “Brisa solo puede caminar cinco o diez cuadras. Me la arruinaron. Estoy luchando porque tenga un futuro por delante. Ellos le hicieron bolsa el estómago con todos los endoscopios que le hicieron...no puede comer puré, ni picante, ni con mucha sal. Come todo licuado y triturado. Ella ahora no se puede operar (del pulmón derecho) por la presión. Si la operan nos dicen que quedaría en coma o que podría perder la vida”.

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