16 Septiembre de 2025 10:41
Un segundo de diferencia, un movimiento en falso, un cable energizado. Eso fue lo que separó a un joven de 24 años de una muerte segura en la madrugada del lunes, cuando intentó robar cables en la línea de tren Mitre. Todo quedó registrado por las cámaras de seguridad recientemente instaladas en Empalme Maldonado, un punto neurálgico del ramal, y la secuencia resulta tan temeraria como perturbadora. La escena ocurrió pasadas las 2.30, cuando la torre móvil de vigilancia -dotada de un domo con visión de 360 grados- detectó a un hombre que caminaba lentamente entre las vías en dirección a la cabina de señales.
La oscuridad de la noche apenas disimulaba su propósito: robar los cables que alimentan al tendido ferroviario. Las imágenes muestran al sospechoso agachándose y tirando de los tendidos con insistencia. Cada maniobra, cada tirón, fue un desafío a la muerte. Si no fuera porque en ese preciso momento la vía se encontraba sin energía por las obras en los ramales Mitre y Suárez, el ladrón habría quedado electrocutado al primer contacto. "De encontrarse la vía energizada, el ladrón podría haber muerto electrocutado", advirtieron desde Trenes Argentinos.
El Centro de Monitoreo dio aviso inmediato y en cuestión de minutos arribó personal de seguridad de la empresa estatal, que logró interceptarlo antes de que lograra concretar la sustracción. Poco después llegaron efectivos de la Policía Federal Argentina, quienes lo trasladaron a la comisaría del ferrocarril Mitre. Allí se constató que no había alcanzado a robar ni dañar los bienes ferroviarios. La causa quedó en manos del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°8, a cargo de Marcelo Martínez Di Giorgi, con la secretaría de Verónica Martina Lara.
El episodio se enmarca en el nuevo Plan Estratégico de Seguridad y Prevención que Trenes Argentinos puso en marcha para frenar los delitos contra la infraestructura ferroviaria. Sin embargo, el intento de robo dejó al descubierto la crudeza de una realidad que se repite con frecuencia en la red ferroviaria: la desesperación, el delito y la fragilidad de una vida que puede apagarse en un segundo. Lo que comenzó como un hurto frustrado terminó convertido en una advertencia: el límite entre el robo y la tragedia, en el mundo de los cables de alta tensión, es tan delgado como un hilo de cobre.

