06 Noviembre de 2025 09:28
A menos de 24 horas de asumir como uno de los tres titulares de la Confederación General del Trabajo (CGT), el dirigente del vidrio Cristian Jerónimo marcó una línea de confrontación con el Gobierno de Javier Milei al rechazar de plano cualquier intento de "reforma laboral regresiva". Desde la central obrera, advirtió que "no se aceptará ninguna propuesta que implique pérdida de derechos" y denunció que el Ejecutivo "filtra" proyectos "que buscan imponer modelos ya saldados en el mundo".

Jerónimo, quien comparte el nuevo triunvirato con Jorge Sola (Seguros) y Octavio Argüello (Camioneros), fue contundente en diálogo con radio Rivadavia y Urbana Play: "No vamos a aceptar ninguna propuesta que sea regresiva con quita de derechos, cualquier cosa alocada que vengan como lo que dejaron filtrar ellos -y que ahora dicen que no lo dijeron- como la jornada de 12 horas de trabajo, el banco de horas o el salario por productividad, que lo dijo el propio secretario de Trabajo".
El dirigente remarcó que esas ideas "son completamente ilógicas", y recordó que "el tema de las 12 horas de trabajo es una discusión saldada en el mundo". En ese sentido, apuntó directamente al Presidente: "Si realmente quiere parecerse a los países del primer mundo, que empiece por respetar los derechos de los trabajadores". Desde su nuevo rol, Jerónimo intentó equilibrar el tono institucional con una advertencia firme: "Tenemos la obligación de sentarnos a dialogar".
Sin embargo, aclaró: "Pero sentarnos no significa aceptar las cosas. Tratamos de agotar todas las instancias, pero no descartamos medidas de fuerza". Pese a esa advertencia, el gremialista destacó que la CGT mantiene abierta la "puerta del diálogo social". "La responsabilidad que nos compete es dejar abierta la puerta del diálogo, el tema es que sea un diálogo en el que podamos ponernos de acuerdo, no de imposición", aclaró.
En ese sentido, mencionó como ejemplo la participación del titular de la UOCRA, Gerardo Martínez, en la llamada Mesa de Mayo. Jerónimo también se refirió a la necesidad de "modernizar ciertas actividades" ante los cambios tecnológicos, aunque insistió en que cualquier reforma debe realizarse "sobre la base de los convenios colectivos de trabajo". "Sobre esa base estamos dispuestos a discutir y dialogar, mientras sea un diálogo criterioso", expresó.

Uno de los ejes centrales de su discurso fue la defensa del trabajo formal y la crítica a la precarización laboral. "No desconocemos ni invisibilizamos el sector que lamentablemente está en la informalidad, no dejan de ser trabajadores y queremos que vuelvan a tener dignidad: su seguridad social, su salario por convenio", enfatizó. El dirigente reconoció el difícil contexto económico que atraviesan las familias trabajadoras: "Estamos en un momento muy difícil, la gente no la está pasando bien y una de las cosas que tenemos que transmitir es certidumbre, que los trabajadores puedan conservar su fuente de trabajo y llegar a fin de mes".

Con la nueva conducción ya formalmente en funciones, la CGT buscará ahora tender puentes con los gobernadores provinciales para frenar en el Congreso cualquier intento de reforma laboral "antisindical" promovido por el Gobierno. En su diagnóstico sobre la situación salarial, Jerónimo fue crudo: "La realidad que los trabajadores no la estaban pasando bien, y un salario de un millón de pesos, un millón y medio o dos millones de pesos en Argentina no alcanza para vivir holgadamente. Todo lo contrario". Finalmente, destacó la importancia de haber logrado la unidad sindical en torno a la nueva conducción cegetista, de la que sólo quedó afuera la UTA. "Está la gran mayoría del sindicalismo argentino y muy representativa de las actividades del país. Era muy importante consolidar la unidad", concluyó.

