por Alejo Paredes
02 Diciembre de 2025 14:48
A pocas semanas de levantar el telón, José María Muscari y Rochi Igarzábal se preparan para desembarcar el 2 de enero en el Multiteatro con El divorcio del año, la primera obra anunciada para la cartelera porteña 2026. Con un elenco integrado por Fabián Vena, Juan Palomino, Guillermina Valdés, Ernestina Pais y Rochi Igarzábal, y con texto original de Mariela Asensio y el propio Muscari, la comedia se propone revisitar los vínculos afectivos en tiempos dominados por redes sociales, pantallas y exposición permanente. La sinopsis lo adelanta: "Una pareja que se separa pero se aman. Una hija que sufre pero se ríe. Un par de abogados dispuestos a todo. Una familia a merced de los medios." Con esa premisa, el director retoma la exploración sobre la mente humana que ya había marcado a Pérdida Mente, su éxito anterior.
Consultado sobre el impulso creativo detrás de esta nueva obra, Muscari explica que la búsqueda vuelve a centrarse en lo emocional y en cómo los vínculos alteran nuestra salud mental. "Queríamos con la coautora, Mariela Asensio, recuperar esa pregunta de qué pasa dentro de nuestra cabeza a partir de las emociones. (...) En este caso tiene que ver con una pareja que se separa con una hija grande, la irrupción de los abogados y cómo de alguna manera esa ruptura genera disgregantes en nuestros pensamientos, en nuestro cerebro, en nuestra forma de vivir y de vincularnos con la salud del cerebro", detalla.
En el centro del vendaval emocional se ubica el personaje de Rochi Igarzábal: la hija, atrapada entre el amor, la ruptura y el show mediático. Ella define el rol como un ejercicio permanente de tensiones internas. "Siento que es como un volcán que explota por momentos (...) siempre desde un lugar súper dinámico y divertido, muy conectado a la música. Va llevando esta historia de una manera muy rítmica también, eso está buenísimo para mi personaje", describió la actriz.
Si algo sostiene la dramaturgia de El divorcio del año es esa contradicción humana que tanto le interesa a Muscari: nos separamos, pero aún nos amamos como familia. "A mí me interesa mucho la ambivalencia humana. Me parece que los cinco personajes tienen la opción de ponerse al público de su lado en algún momento. (...) Me parece que la obra tiene algo súper atractivo, que es la posibilidad de generar catarsis. El público paga una entrada para vivir emociones que no vive en la vida cotidiana", reflexiona Muscari en diálogo con BigBang.

Lo cierto es que el universo contemporáneo atraviesa la obra: redes sociales, celebridades, exposición y juicios mediáticos. Rochi reconoce que se sintió identificada con esa dimensión: "El teatro es un espejo de la realidad. Yo, leyendo el guion, me sentí muy identificada con cosas que me pasan y que tal vez no expreso tanto. Verlas ahí espejadas está bueno porque nos da mucho que hablar". El texto también dialoga con la cultura del espectáculo perpetuo: redes, mediatización, divorcios escandalosos y vidas públicas que se consumen como reality. "La obra se alimenta de todo el universo mediático: separaciones, escándalos, la vida como un reality", profundiza Muscari.
Y agrega; "Hoy, si no sabés el cotidiano de las figuras, pareciera que no existen. De alguna manera de eso también habla la obra. A veces uno sigue una pelea como si fuera una novela y en realidad hay personas reales del otro lado". En ese sentido, ambos reconocen que conocen de cerca el peso de la exposición. "Lo aceptamos como parte del presente. Hoy si no sabés el cotidiano de las figuras parece que no existen. La obra habla también de eso", explica Muscari.
Y Rochi suma su propia mirada: "Hay un gran porcentaje de mí en este personaje. El desafío está en saber quién es uno dentro de ese universo (dentro de las redes sociales). A diferencia de mi personaje, yo sí sé quién soy, pero ella no tiene muy claro dónde se encuentra". En un año donde la ficción escasea y el circuito cultural atraviesa tensiones, El divorcio del año abrirá oficialmente la temporada. Lejos de sentir presión, Muscari lo vive como un impulso: "A mí me alienta".

Y añade: "Está bueno que en un momento donde hay tan poca ficción, el 2 de enero tengas la opción de ver una obra nueva en la calle Corrientes. Buscamos un elenco querido pero que no esté todo el tiempo en la cartelera. Tiene un color de novedad". Para la actriz, el teatro se vuelve refugio y motor: "Hoy el teatro está muy fuerte. La gente pide ese encuentro en vivo con el actor o con la actriz".
En la obra, las emociones y el impacto psicológico de los vínculos funcionan como eje central. La Salud mental: el hilo conductor "Me parece que es el tema del momento", sostiene Muscari. "Está bueno desmitificar ciertos temas tabú. No nos alerta cuando alguien tiene un ataque de hígado, pero nos da pavor enterarnos de que alguien toma una pastilla psiquiátrica. La obra lo toma con muchísimo humor, sin liviandad, pero de manera luminosa", remarcó.
Rochi, en cambio, reveló que este proceso la atravesó personalmente y también la transformó: "Me puso en un lugar incómodo, pero que me desafía. Y desde mis temas personales y familiares, me hizo ver a mi familia de otra manera. Conecté con personajes de mi familia que tienen temas de salud mental desde otro lado". Sobre ¿qué esperan generar en el público? "Deseo que pasen una hora y veinte de mucha diversión y alegría", resume Muscari.

Aunque aclara: "Pero también que no sea una obra que termine en la vereda. Que te quede resonando. (...) Ojalá que pase lo mismo que con Pérdida Mente, que ibas a comer y querías que el mozo se vaya para seguir hablando de lo que viste". Y concluye, con una certeza que atraviesa a El divorcio del año: "De los cuernos, del amor, de los conflictos familiares y económicos no se salva nadie. Todos tenemos esos temas en la cabeza".

