por Alejo Paredes
14 Agosto de 2025 14:04
Tras haber convocado a más de 100 mil espectadores en los últimos tres años, Sebastián Presta volvió a pisar fuerte en la cartelera porteña. Esta vez lo hace con Mi amiga y yo, su nueva comedia en el Paseo La Plaza, una obra que no solo protagoniza, sino que también coescribió junto a Claudia Morales, con dirección de Diego Reinhold y un elenco que completan Josefina Scaglione, Sabrina Lara y Leandro Serodino. Entre risas, confesiones y reflexiones, el actor habló de sus miedos, de la mezcla de géneros que propone sobre el escenario y de por qué esta historia tiene tanto de él mismo. "El día del estreno subirme al escenario fue terrible", reveló.

Subirse al escenario con un texto propio no es tarea sencilla, y Presta lo reconoció sin dar vueltas en diálogo con BigBang: "Estaba cagado en las patas. Hoy, después de unos meses, se siente mucha felicidad. Más con una obra que escribí yo, que escribimos con Claudia Morales, y que mezcla comedia, stand-up y música en vivo. Era un desafío y una locura para mí". En Mi amiga y yo, Presta interpreta a Santiago, un comediante "bastante malo" que trabaja en un bar de stand-up.

Como curiosidad, su personaje está enamorado de su mejor amiga, Valeria, una música talentosa pero insegura para tocar en público. "Lo que más me representa es el amor no correspondido. Eso de estar enamorado de alguien que no va a ser correspondido y la jugás de amigo porque sabés que no tenés chance. Me ha pasado mucho de enamorarme de amigas sin querer y darte cuenta de que te quieren sólo como amigo. Entonces la jugás de amigo y cerrás el orto. Hay mucho de mí en la obra, mucho de Préstico también. No soy de ponerme una peluca y crear algo totalmente ajeno, hay un 50 y 50 entre el personaje y yo", reconoció.
La obra transcurre entre la casa de Valeria y el bar de comedia, hasta llegar a un final que el público no olvida. Sin importarle mucho el spoiler y confiado de la obra que escribió, Seba -que sorprende al público con su batería, un instrumento que aprendió a tocar a los 18 años de la mano de Daniel "Dani" Buira, baterista de Los Piojos- se anima a detallar: "Pasa algo que la gente no puede creer, y terminamos tocando en vivo. La casa se transforma en un escenario, en un recital, y la gente se va chocha. Ya sabía tocar (la batería) muy bien, estudié a los 18 con Daniel "Dani" Buira, el baterista de Los Piojos".
Y siguió: "Pero no me había dedicado. En la obra mi personaje está enamorado de una chica que compone, toca la guitarra y no se anima a hacerlo en público. Y él, que es medio desastre, termina armando una banda con ella. No te voy a contar si se anima o no... pero quedó fantástica". El final, admite, es uno de los momentos más comentados por el público: "Ella le dice que se quede tres días... y termina quedándose nueve meses. Algo pasa ahí que la gente no lo puede creer. Dudé mucho si iba a ser un final feliz, pero así quedó". Lo cierto es que para el actor, el paso de la televisión al teatro fue un cambio rotundo.

De sus días en Duro de domar y los sketches virales de "Préstico" a las tablas de la calle Corrientes hubo un salto que él mismo no imaginaba. Por ese motivo, la conversación inevitablemente deriva a aquellos videos que lo hicieron famoso hace más de una década y que todavía circulan en redes. "En 2015 no me veía protagonizando una obra. Son cosas que pensé que no me iban a pasar en la puta vida. Hoy estoy acá, en la calle Corrientes, y es muy fuerte. Me sigue sorprendiendo que circulen y el cariño de la gente. Algunos videos son del 2014 o 2015, políticamente incorrectos, y se siguen cagando de risa. Hay páginas que suben mis videos y les va mejor que a mí", contó.
Sin embargo, la confianza plena nunca estuvo del todo instalada: "Nunca disfruté nada. Llevo el sufrimiento en la sangre. Hay algo del sufrimiento que arrastro y no entiendo por qué. Igual, cada vez disfruto un poquito más. Hay algo de ese miedo que, dicen algunos actores, el día que no exista, no hay que subirse más. Yo prefiero no sentir más miedo, pero es cierto que te mantiene alerta". Ese perfeccionismo, reconoce, también lo impulsa: "Trabajo para que vengan a ver mi obra y vuelvan a ver la que voy a hacer el año que viene. No hago una obra porque tengo convocatoria y listo. Vengan que no los voy a defraudar".

Criado en El Palomar, hijo de un almacenero al que apodaban Poroto y de una ama de casa, su salto a la actuación teatral fue gradual. Tras años como productor en Duro de Domar, comenzó haciendo apariciones mudas, luego sketches con diálogos y finalmente su primer obra, Bruto, en 2016. Desde entonces, no paró: "Llega el momento del escenario y me da cagazo, pero lo pienso y digo: 'Sebastián, estás en la calle Corrientes, no hay peligro'. Lo peor que puede pasar es que te equivoques".
Y mientras fantasea con un futuro lejos de las luces -quizás como heladero en San Martín de los Andes o dueño de cabañas-, Presta no duda en que, por ahora, su lugar sigue estando sobre el escenario. "Es un hecho vivo, no hay corte y va de nuevo. Sale lo que sale. Y cuando la gente se divierte y se sorprende, todo ese miedo valió la pena", destaca mientras que, entre risas, se anima a ponerle título a esta nota y, por qué no, a esta etapa de su vida: "Disfrútenlo porque me queda poco".
Y aclara que no es un adiós inminente, pero sí una mirada más consciente del tiempo. "Me gustaría cambiar de rubro o tener algo paralelo. Siempre quise ser heladero. Incluso tuve una heladería familiar. El helado Préstico sería una mezcla de sambayón, cereza y chocolate. Son mis gustos preferidos", imagina. Si pudiera volver a los 20, dice que lo único que cambiaría sería "disfrutar más": "El humano es pelotudo. Se equivoca, hace cagadas. Yo crecí y me fui modificando. Pero si pudiera, disfrutaría mucho más".

Un poco más profundo, Presta remarcó que el "Disfrútenlo porque me queda poco" es un "título vendedor" porque el público, los lectores, la gente en general, entraría a leer la noticia pensando que "está enfermo". "Pienso mucho en eso, ¿no? No sé hasta cuándo seguiré, no tengo idea. ¿Si me pongo un límite? La verdad que no, pero pienso en hacer otra cosa, aunque creo que no tengo otra profesión. Porque a veces digo ´bueno, ¿y por qué no te podés dedicar a otra cosa?´ Como que la vida es única y voy a actuar hasta no sé qué edad. Pero creo que voy a dejar que sea lo que Dios quiera. Voy a actuar hasta donde sea necesario", sentenció.

Al final de la nota, Sebastián decidió cerrarla con un mensaje para el público: "Vengan que la van a pasar genial. Hay mucho laburo en Mi amiga y yo, desde los actores hasta la escenografía. La gente se divierte, se sorprende y la recomienda. Vengan que no los voy a defraudar".

