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Paternidad, crianza e identidad

Matías Broglia y el teatro como su casa, refugio y verdad: "Me salvó la vida y me sigue salvando cada vez que subo al escenario"

El ganador del Premio Trinidad Guevara como Revelación Masculina repasó su recorrido artístico: desde sus años difíciles en Ramallo hasta el presente.

por Alejo Paredes

09 Octubre de 2025 14:55
Matías Broglia: "El teatro me salvó la vida y me sigue salvando cada vez que subo al escenario"
Matías Broglia: "El teatro me salvó la vida y me sigue salvando cada vez que subo al escenario"

"Yo siempre digo que el teatro me salvó. Sé que suena cursi, pero es la verdad", afirma Matías Broglia con una convicción que no necesita subrayados ni negrita. Su historia es la de alguien que hizo del escenario un espacio de redención, una trinchera emocional y un laboratorio humano. En Cría, la obra dirigida por Catalina Luchetta que se presenta en el Espacio Callejón (Humahuaca 3759, CABA), Broglia, que viene de ganar el Premio Trinidad Guevara como Revelación Masculina, encarna a un padre que intenta reconstruir el vínculo con su hija desde la memoria, el teatro y la ficción. "No hay tiempo lineal, la historia se despliega como un ensayo vivo", describe la sinopsis.

Matias Broglia y Catalina Luchetta en Cría
Matias Broglia y Catalina Luchetta en Cría

Para Broglia, ese "ensayo dentro del ensayo" fue más que un juego escénico: fue una experiencia transformadora. "Estoy muy alejado de lo que es ser padre, pero al mismo tiempo, me llevó a conectar con cosas mías, con la relación que tuve con mis viejos, que fue algo distante", confiesa. "Trato de darle al personaje eso que a mí me hubiese gustado que me pasara con mis padres. Es muy emocional, me desborda por todos lados. Cada función es un surfeo emocional", añadió. 

En escena comparte protagonismo con Luchetta, a quien define como una compañera esencial en ese viaje íntimo: "Se formó un vínculo más allá del de padre e hija, un compañerismo real. Conozco a su familia, investigué sobre su padre, que fue un dramaturgo, y eso me ayudó a construir. Hay algo muy verdadero en ese lazo. Lo usé como puente para revisar mi propio vínculo con mis padres, que fue algo distante. Tal vez trato de darle a este personaje eso que a mí me hubiera gustado tener con mis viejos".

Broglia insiste una y otra vez en la palabra "verdad". Para él, el teatro no es un simulacro, sino un espacio donde la existencia adquiere su forma más genuina. "El teatro es mi casa. Ahí estoy vivo todo el tiempo. En la vida uno respira, claro, pero no siempre dice verdades. En el escenario sí. Cada función es dejar el alma, literalmente- Yo creo que el escenario es el momento para decir verdades. No me interesa el 'verosímil', quiero lo verdadero. Cada función es una entrega total, dejo mi alma ahí arriba", contó.

Broglia habla desde la emoción, con la intensidad de quien vive el teatro como un pulso vital.
Broglia habla desde la emoción, con la intensidad de quien vive el teatro como un pulso vital.

Y detalló en diálogo con BigBang: "Me pasa que en la vida a veces me pongo capas, corazas, pero el teatro me va desarmando. Es el único lugar donde me permito amar sin miedo".  A lo largo de la charla, el actor -formado con maestros como Agustín Alezzo, Julio Chávez y Javier Daulte- se detiene en los ecos personales que dejó Cría. "El teatro me permite eso que no me permito en la vida: mostrar ternura, mostrar amor. A veces tengo miedo de amar. Pero en el escenario me libero", manifestó.

Esa vulnerabilidad también tiene efectos fuera del escenario: "Una persona vino después de una función y me dijo que le hice recordar a su padre. Y ese mismo día, le mandé un mensaje de texto a mi vieja para decirle que la quería. Eso también es el teatro: te lleva a conocer tus límites, a desbordarte". Su mirada sobre la identidad atraviesa buena parte de su obra, desde Yunta hasta Cría. "En Yunta hacía de un peón de campo que buscaba su pensamiento propio", aclaró.

Y continuó: "En Cría, ese padre intenta construir su identidad con una hija concebida por inseminación. Ahí surge la pregunta: ¿de quién somos? Creo que somos de todos aquellos que nos ayudaron a ser". La historia de Broglia tiene algo de guion cinematográfico: infancia en Ramallo, trabajo en un aserradero, llegada a Buenos Aires con lo justo y un destino marcado por el arte. "A los 18 años estaba muy perdido, con adicciones, sin rumbo", recordó.

Matías Broglia: "El teatro me salvó la vida y me sigue salvando cada vez que subo al escenario"
Matías Broglia: "El teatro me salvó la vida y me sigue salvando cada vez que subo al escenario"

Aquel duro presente fue vencido gracias a la palabra justa de un maestro que lo devolvió al camino: "Fue hasta que un profesor me dijo: '¿Usted va a dedicarse al teatro o a la noche?' Esa pregunta me salvó. No falté nunca más a una clase". Después vendrían los grandes maestros. Cada uno lo marcó de un modo distinto.  "Julio Chávez fue el primero que me dijo: 'Usted va a ser actor, pero necesita hacer terapia'. Y tenía razón. Javier Daulte me devolvió el juego, la capacidad de disfrutar. Yo venía de una infancia difícil, sin libros, sin espacio para imaginar. El teatro me devolvió a mí mismo, me conectó con el niño que había dejado atrás", explicó. 

Además, destacó que no viene "de una familia con libros ni con arte": "A los 13 ya tenía que trabajar. Si hoy estoy acá, es porque hubo gente que me ayudó, que me abrió las puertas de su casa o me dio un plato de comida. Por eso digo que nadie se salva solo. Siempre necesitás del otro, y eso es lo que tiene el teatro: te enseña empatía, te obliga a mirar al de al lado". Aunque su carrera está marcada por la intensidad emocional, Broglia también reivindica el humor como forma de resistencia. "El humor salva todo. Empecé a entenderlo cuando aprendí a reírme de mí mismo. Pero hay que tener cuidado, saber desde dónde se dice. Si uno vivió algo, puede hacer catarsis", expresó. 

Para el actor, "el humor bien hecho también es verdad". En su trabajo hay humor, crítica social y una mirada compasiva sobre las heridas. Por este motivo, no esquiva la preocupación por el presente que atraviesan los artistas en general: "Estamos en un momento complejo. En los últimos meses cayó mucho la asistencia al teatro, desde el comercial hasta el independiente. Me preocupa que se piense que la cultura no suma nada. La cultura nos hace mejores personas, debería estar en las escuelas, en todos lados. El teatro enseña a pensar en el otro, a construir en grupo. Ojalá estos tiempos difíciles sirvan para volver a unirnos".

Ganador del Premio Trinidad Guevara como Revelación Masculina
Ganador del Premio Trinidad Guevara como Revelación Masculina

Aun así, no pierde la fe: "Estos tiempos difíciles pueden unirnos, hacer surgir nuevos colectivos, nuevas identidades para resistir". En marzo, Broglia recibió el Premio Trinidad Guevara como Revelación Masculina. "Lo primero que hizo ese premio fue iluminar el pasado, todo el recorrido. Fue una sorpresa enorme, pensé que me estaban haciendo una joda. No voy por la vida esperando premios, pero este fue una caricia muy grande. Ese mismo día, a la hora estaba haciendo función de Yunta y quería que saliera excelente. Esta profesión hay que revalidarla todos los días. El teatro me dio mucho y yo quiero devolverle lo mejor de mí, todos los días", concluyó. 

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