02 Diciembre de 2025 09:44
Maxi López volvió a la televisión y lo hizo con una de esas entrevistas que, apenas terminan, ya están girando por todos los portales. En Sálvese Quien Pueda, el ex futbolista se mostró transparente, sensible, punzante y hasta pícaro, en una charla que lo llevó desde las lágrimas hasta las ironías. Cada respuesta dejó una perlita distinta. La conversación arrancó fuerte. Maxi se quebró al hablar de lo que más le importa: sus hijos. "Cuando hablo de los chicos siempre me emociono, quiero recuperar todo el tiempo", dijo. Explicó que pasó meses sin convivir con ellos y que eso lo marcó profundamente: "Estuve un mes acá, volví una semana y después se estiró, la producción del EF no me larga". Y agregó: "Cada vez que me ponen algo de los chicos me sensibilizo, no lo puedo actuar, soy así".
De inmediato, la charla se trasladó a su vínculo actual con Wanda Nara, un tema inevitable. Contra todo pronóstico, Maxi aseguró que el clima entre ellos cambió: "Gracias a Dios hoy quedó todo atrás. Pudimos sanar un montón de cosas". Y sobre los viejos conflictos, fue claro: "Sí, estaba enojado, pero el enojo se pasó". Incluso describió una comunicación silenciosa que sorprendió a todos: "Cuando nos miramos ya nos entendemos. Son muchos años. A veces las palabras sobran".
El tema se tensó cuando Yanina Latorre mencionó la denuncia que Wanda habría hecho años atrás. López respondió sin darle muchas más vueltas: "Yo no le levantaría jamás una mano a uno de mis hijos, a una mujer, a nadie". También reveló que recién ahora supo que su hijo Benedicto "exteriorizó algo en el cole" y que "la institución actúa de oficio, pero yo soy el padre". Pero el punto más ácido llegó con el nombre que nadie esquiva: Mauro Icardi.
Cuando le preguntaron a quién le daría "un golpecito", Maxi lanzó una bomba envuelta en humor: "Hay uno que sí se la merecería". "¿Estás hablando de Mauro?", insistieron. Y él, sin dudarlo, respondió: "Tendríamos que tener una charla, por ejemplo". Luego explicó el porqué: "Cuando yo me estaba separando él me llamaba y metía a mis hijos en el medio de situaciones que no correspondían. Hay muchas cosas que yo jamás conté y preferí dejarlas ahí".

También admitió responsabilidades compartidas: "Tenemos culpa los dos. Pasaron cosas de los dos lados". Y sobre el final del amor con Wanda, volvió a la simpleza brutal: "Cuando se termina el amor, se termina el amor". Incluso confesó que intentó mantener la pareja por los chicos, pero advirtió: "Uno intenta mucho tiempo seguir por los chicos, pero no tiene que volverse tóxico". Hubo momento para hablar de la China Suárez. Yanina disparó: "¿Le das a la China?". Maxi maniobró para esquivar la trampa. Primero salió con gracia: "Me gusta cómo bajan la música". Después, con un refrán antiguo pero efectivo: "La mujer de un amigo tiene bigotes...".
Cuando Latorre insistió, él definió todo en una frase que hizo aplaudir a su pareja desde la distancia: "Para mí, mi Daniela es diez veces más que la China".
Y sobre el eterno Team China vs. Team Pampita, tiró una carcajada: "Déjame pensar, porque ambas me tiraron a matar". Al hablar del presente sentimental de Wanda, López dejó otra frase: "A mí me conviene que fluya todo bien por todas las cosas que tenemos. Una mujer cuando está de novia, no rompe los huevos".

Un poco más calmado, contó que evalúa instalarse en Argentina: "Lo estoy analizando, tener a los chicos casi todos los días me cambia todo". Y sobre su participación en MasterChef, definió con precisión futbolera: "Me estoy divirtiendo. Me cago de risa. Parece un vestuario de fútbol". El final de la entrevista tuvo un giro inesperado: se reveló que Yanina será su reemplazo en MasterChef durante un mes, lo que explicó su presencia en el estudio. Entre risas, chicanas y confesiones, Maxi López terminó convirtiéndose en el protagonista absoluto de una jornada que prometía escándalo, pero regaló algo todavía más jugoso: autenticidad.

