26 Septiembre de 2016 09:27
Después de Porky y Miss Piggy, llegó esta cerdita que tiene 5 años, un hermano, George, y vive con sus padres en una casa bonita. Suzy, una oveja, es su mejor amiga, además de perros, conejos, cabras y cebras. El papá de Peppa usa lentes, no se afeita y muchas veces es blanco de burlas de su propia hija. Las imágenes, lejos de ser sofisticadas, son simples y estallan de colores chillones. Los chicos miran la serie totalmente hipnotizados. Es que esa cerdita hace lo que quiere, no se deja manipular, toma decisiones y escupe comentarios mordaces. Por eso se llama Peppa (de peppery, en inglés, "picante").
Si bien el dibujo se emite hace doce años y es un fenómeno mundial de márketing, la polémica se desató a partir de que el columnista del diario australiano DailyTelegraph, Piers Akerman, cuestionó a la dulce Peppa por demostrar “estremecedoras posturas feministas”. También Alex McClintock, de The Guardian, salió con los tapones de punta: “no sólo es feminista sino también una rabiosa socialista marxista-leninista”. Y finalmente una mujer, Giulia Silviero, del Il Manifesto de Italia, remató titulando su nota como “Peppa Pig, la feminista peligrosa”.
Peppa organiza fiestas.
La historia trata de una familia tradicional con padre, madre y dos hijos que viven en una casita en la colina, son ecologistas, reciclan basura y aman la naturaleza. Lejos de los roles estereotipados, los personajes femeninos se ocupan de tareas más representadas por varones como bomberas o conducir un colectivo. Lenguaje simple e historias cotidianas, sin rasgos violentos pero una cantidad de guiños que los periodistas encuentran revolucionarios, como el hecho de que Peppa se burla de padre, gordo y algo fracasado, y la presencia de una coneja soltera que, para poder sobrevivir, desarrolla un montón de tareas.
El papá, toca la batería y no se afeita.
Así, la encantadora cerdita pasó a ser un bastión feminista que encarna el comunismo, visiones ecologistas revolucionarias, la libre sexualidad y especialmente, una muchacha que desafía todo el tiempo la autoridad del padre. El psiquiatra británico Alex Swanson señaló que el programa incita a los niños a tener "conductas y actitudes gay". Aseguró que la serie no distingue géneros y abunda en supuestos mensajes con doble sentido.
Inusual: una coneja bombera y soltera.
Por su parte, el político británico Norman Lamb , comentó que se necesitaban personajes homosexuales en la televisión infantil para enviar mensajes de amor sobre las relaciones del mismo sexo y sugirió a los productores de Peppa Pig incluir personajes de esta característica. Esto, en el contexto de un país soberano como Reino Unido que respeta las orientaciones sexuales y tiene un marco legal que señala la homofobia, permite uniones civiles para parejas homosexuales y promueve la anti-discriminación.
La familia rosa.
