06 Mayo de 2016 11:38
Según una encuesta realizada en 2015 por WIN Gallup International sobre 63.898 personas en 65 países, cada vez más personas declaran no profesar ninguna religión. Pero, ¿qué pasa con las que sí creen?
Quienes son religiosos están más satisfechos con la vida
Un estudio realizado por las universidades estadounidenses de Wisconsin y Harvard sobre 3.108 personas adultas acerca de sus creencias y relaciones sociales, afirma que -en gran parte- es el aspecto social el que hace que una persona religiosa se sienta más dichosa. Cuando un creyente va a la Iglesia, construye vínculos con los demás miembros de la congregación que generan bienestar al individuo.
Los niños de familias religiosas son menos generosos
El profesor en psicología y psiquiatría Jean Decety, de la Universidad de Chicago, sondeó en 2015 a 1.100 niños de 5 a 12 años de 6 países de 4 continentes, y comprobó que la tendencia a compartir (forma de medir la generosidad y el altruismo) era significativamente mayor entre los criados en entornos no religiosos. Los creyentes se mostraron, además, más duros a la hora de castigar comportamientos considerados incorrectos.
Las personas profundamente religiosas son menos tolerantes
La investigación que realizaron en conjunto las universidades de Duke University, Ausburg College y University of Southern California, de Estados Unidos, evaluó la correlación entre religión y racismo desde 1964 -cuando se promulgó la Ley de Derechos Civiles- hasta hoy, y concluyó que una fuerte identidad religiosa dentro de un grupo fomenta el etnocentrismo, por ende, el racismo y la intolerancia hacia otras formas de ver la vida.
Creer en Dios reduce la ansiedad
Psicólogos del Laboratorio de Neurociencia de la Universidad Toronto Scarabough, Canadá, descubrieron que las personas que profesan una profunda fe en Dios muestran una actividad menor en el área del cerebro denominada córtex del cíngulo anterior, responsable de las reacciones corporales de excitación asociadas al estrés. Entonces, tienen una serie de argumentos que disminuyen la incertidumbre ante los misterios de la vida.
La creencia religiosa ayuda a las personas con enfermedades crónicas
Según una investigación de la Universidad de Missouri, Estados Unidos, la religión es beneficiosa para aquellos con dolencias o incapacidades crónicas como lesiones en la médula espinal, apoplejía, o cáncer: tienen mayor esperanza y menos estrés, dos de los factores que determinan la calidad de vida.
Los ateos son, en general, más inteligentes
Esta afirmación se desprende de una revisión sobre más de 60 estudios científicos, coordinada la por la Universidad de Rochester, Nueva York. La conclusión es que las creencias irracionales, como las religiosas, atraen menos a la gente con mayor capacidad de razonar, de resolver problemas, de pensar de manera abstracta y aprender de la experiencia.
Los resultados de la encuesta de Win Gallup International
Los menos religiosos en China (Hong Kong) se declararon ateos el 90% de los encuestados, le siguen Suecia con el 76%, y República Checa con el 75%.
En Israel, dice no creer en Dios el 65% de los encuestados, aunque en Palestina, el 75% se dice creyente.
En general, los países más ricos son los menos creyentes, salvo Estados Unidos.
Ahora sí, los lugares con más personas religiosas son:
Marruecos, 98% de musulmanes suníes
Armenia, 97% de cristianos
Tailandia, 94% de budistas
Bangladesh, 91% de musulmanes
Georgia, 84% de ortodoxos
¡Creer o reventar!