16 Julio de 2025 08:54
Desde este miércoles 16 de julio, viajar en colectivo en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) volvió a ser más caro. Con el nuevo cuadro tarifario publicado por la Secretaría de Transporte, el boleto mínimo alcanza los $451,01 para las líneas nacionales, $488,70 en la Ciudad de Buenos Aires (CABA) y $489,61 en la Provincia. Para quienes no hayan registrado su tarjeta SUBE, el panorama es aún peor: en algunos tramos el pasaje puede superar los $1.000, marcando una de las subas más fuertes en lo que va del año. La segmentación tarifaria, lejos de simplificarse, se profundiza.

Las líneas de colectivos nacionales (que conectan CABA con el conurbano) aumentaron un 6,1% como parte del ajuste escalonado del 21,5% autorizado por el Gobierno nacional en mayo. Este nuevo incremento —el tercero desde mayo— eleva el pasaje mínimo de $424,91 a $451,01. En cambio, las líneas que circulan únicamente dentro de CABA o la Provincia de Buenos Aires siguen aplicando un esquema de subas mensuales ajustado por inflación más un 2%.
Así, el boleto mínimo porteño se ubica en $488,70, mientras que en territorio bonaerense ya cuesta $489,61. Pero la diferencia más notoria se da en la pérdida del beneficio de Red SUBE: la Provincia decidió eliminar el descuento para viajes combinados, lo que vuelve a perjudicar especialmente a quienes deben hacer trasbordos entre distintas líneas para llegar a destino. En cambio, ese beneficio sigue vigente en CABA y para las líneas nacionales.
Uno de los cambios más polémicos del nuevo esquema es el castigo tarifario a quienes no hayan nominalizado su tarjeta SUBE. El Gobierno nacional busca con esta medida "incentivar el registro" de los usuarios, aunque en la práctica significa un tarifazo encubierto: para los tramos más largos, el pasaje puede superar los $1.067 si la SUBE no está registrada.
Por ejemplo, un viaje entre CABA y zonas alejadas del conurbano puede costar $618,35 con SUBE nominalizada, pero trepa a $983,18 sin registrar. En la categoría "Suburbanas Grupo II", donde circulan líneas hacia distritos más distantes como Zárate o La Plata, el boleto mínimo arranca en $593,37 con SUBE registrada, pero escala a $943,46 sin registro.

El aumento impacta directamente en 103 líneas nacionales que cruzan de la Ciudad al conurbano, entre ellas la 8, 9, 21, 28, 39, 60, 86, 95, 100, 113 y 152, entre muchas otras. También se ven alcanzadas las suburbanas del Grupo I y Grupo II, con recorridos más extensos y valores aún más elevados. En las líneas porteñas -como la 12, 26, 39, 64, 68, 99 o 132-, los precios para trayectos de entre 3 y 6 km (los más comunes en la Ciudad) ya se ubican en $542,42, mientras que los viajes de 6 a 12 km cuestan $586,36. Para recorridos largos dentro de la Ciudad, de más de 12 km, el boleto alcanza los $628,34.
Desde el Gobierno nacional confirmaron que se mantiene la Tarifa Social Federal (TSF), que permite a determinados grupos -jubilados, beneficiarios de AUH, trabajadores domésticos, entre otros- acceder a un descuento del 55% en el precio del boleto. Para ellos, el mínimo en las líneas nacionales será de $202,95. Sin embargo, la cobertura de este beneficio sigue siendo limitada frente al volumen total de usuarios y al fuerte ajuste acumulado. De esta manera, en menos de dos meses, los colectivos nacionales acumulan un alza del 21,5%, que se suma al esquema mensual de aumentos en la Ciudad y la Provincia.

Mientras tanto, el salario real sigue sin recuperarse, y el transporte -un gasto esencial para millones de trabajadores y estudiantes del AMBA- se convierte en un nuevo frente de ajuste. Un viaje de ida y vuelta diario ya puede superar los $1.000, incluso con SUBE registrada, y amenaza con seguir subiendo en agosto, cuando las líneas porteñas y bonaerenses vuelvan a aplicar un nuevo aumento. Moverse por el AMBA se volvió un lujo que pocos pueden costear sin resignar otras necesidades.

