03 Enero de 2023 12:05

Este martes se desarrolló la segunda jornada del juicio contra los ochos rugbiers acusados del homicidio de Fernando Báez Sosa, el joven asesinado frente a un boliche de la localidad balnearia de Villa Gesell en enero de 2020. Si bien como primera testigo del día estaba pautada Julieta Rossi, la novia de Fernando hasta el momento del homicidio, Fernando Burlando, quien encabeza junto a Fabián Améndola la representación de la familia de la víctima, aseguró minutos antes del inicio del debate que "Juli no iba declarar" porque no estaba en condiciones de hacerlo. Su lugar fue ocupado por Alejandro Rossi, su papá, quien afirmó: "No le deseo a nadie ver lo que yo vi en el cuerpo de Fer".
De esta manera, el ex suegro de Fernando fue el primero en declarar ante los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari. En su declaración, que comenzó a las 9.51, el hombre aseguró que su hija "emocionalmente no está preparada para enfrentar el juicio" y "todo lo que vivió" la noche del 18 de enero de 2020 en la puerta del boliche "Le Brique".
En ese sentido, recordó la mañana de ese dramático día, cuando Julieta lo llamó y le dijo que se encontraba en la fiscalía de Villa Gesell y Fernando en el hospital. "Se sacó emocionalmente" al enterarse de la muerte de Fernando, dijo respecto de su hija y luego recordó el momento en el que viajó desde Pinamar -donde se encontraba- a Villa Gesell y vio el cuerpo del joven en la morgue. "Les juro que no le deseo a nadie ver lo que yo vi en el cuerpo de Fer", dijo.
Y agregó: "Ni al peor animal en el medio del campo. A ningún papá le deseo ver a Fernando acostado y esperando que lo ingresen a un cajón". Ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Dolores mencionó que cuando llegó a la fiscalía, su hija tenía la camisa de Fernando, que entregó a la fiscal para realizar las pericias correspondientes de ADN. "Era una camisa que estaba rasgada", describió.
Rossi describió a Fernando como "una persona excelente, un ser humano extraordinario, más que compañero, más que amigo, brindado a todo", al igual que su grupo de amigos. Sobre su hija, dijo que "permaneció un año sin salir de su habitación" debido a las secuelas emocionales que padeció. Julieta se encuentra actualmente bajo tratamiento psicológico y con síntomas post traumáticos.
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De hecho, la profesional que la asiste recomendó que no declarara como testigo en el juicio. No obstante, no descartan que pueda hacerlo más adelante. Lucas Filardi, uno de los amigos que se encontraba con Fernando la madrugada del crimen en Villa Gesell, declaró luego de Alejandro Rossi y afirmó que los acusados le dieron "primeramente piñas" a Fernando y luego de que cayó al piso lo siguieron golpeando con "patadas en el pecho y en la cabeza": "Había cuatro o cinco personas pegándole. Fue un instante que vino gente gritando y le pegaron, y se cae el piso. No hubo acto de defensa, fueron piñas. Eran seis, siete. Había tres o cuatro pegándole a Ferni, y un par evitando que nos acerquemos nosotros"
Tras los testimonios del padre de la novia de Fernando y de su amigo Lucas, los jueces tienen previsto continuar con la ronda de amigos que se hallaban con él la noche del crimen, cinco de los cuales también fueron atacados por los rugbiers. Los testimonios son escuchados por los padres de la víctima, Graciela Sosa Osorio y Silvino Báez, quienes se encuentran en la sala de audiencias de los tribunales de Dolores, luego de que el lunes declararan como testigos. También, al igual que el lunes, están en el recinto los ocho imputados: Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23).