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Tenía un local de comida y cayó por la ruta del "narcoarroz"

Mario Lara Guerra vivía en Nordelta, decía que vendía dólares y terminó preso por tráfico de droga en arroz a África. Conocé la historia detrás del colombiano que vino a “probar suerte” y terminó en el penal de Ezeiza.

01 Octubre de 2015 07:20
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Mario Lara Guerra es un colombiano de 31 años que lo tenía todo. Vivía en Nordelta, disfrutaba de su dinero, manejaba los mejores vehículos del mercado y tenía su propio proyecto laboral, pero todo esto se derrumbó la semana pasada, cuando quedó preso en el penal de Ezeiza por pertenecer a la banda que intentó traficar cocaína en granos de arroz al continente africano. 

El colombiano es fanático de las carreras de autos y motos Crédito: Clarín

El hombre, apodado “Mini” por su fanatismo por el modelo exclusivo de BMW, llegó a Argentina en el año 2000 con el objetivo de “probar suerte” y mal no le fue. Hasta hace unos meses, Guerra era dueño de una casa de comida china llamada “Dragón Dorado”, ubicada frente al exclusivo country de Nordelta, donde convivía con su novia venezolana.

“Era un mentiroso. Sospechábamos de él porque no laburaba. Decía que vendía dólares

Según publicó Clarín, el colombiano le vendió el local a la familia de un chico que trabajaba para él y, desde entonces, nadie más supo cuál era su ocupación laboral. La situación, claro, despertó las sospechas de las autoridades.

“Mini” corriendo en su moto en el autódromo “Juan Manuel Fangio”. Crédito: Clarín.

Guerra, que actualmente se encuentra en la prisión de Ezeiza imputado por presunto tráfico de drogas, tiene una flota importante de vehículos, en la que figura un Volkswagen Passat y dos motos Honda de alta gama.

Y, a pesar de que sus vecinos juraron que es un hombre tranquilo y de bajo perfil, un conocido del colombiano reconoció: “Era un mentiroso. Sospechábamos de él porque no laburaba. Decía que vendía dólares, aunque es cierto que nunca ostentó, ni dio muestras de tener plata”.

“Lo considero un amigo y, cuando me llamó desde la prisión, le dije: 'Voy a estar con vos en las buenas y en las malas'. Si él se dejó llevar por algo, lo tiene que aclarar la Justicia

Un amigo de “Mini”, a modo de defensa y con el objetivo de limpiar la imagen del imputado, salió al cruce: “Jamás me llamó la atención nada. Hablábamos de todo, pero sobre todo de las carreras de motos. Lo considero un amigo y, cuando me llamó desde la prisión, le dije: 'Voy a estar con vos en las buenas y en las malas'. Si él se dejó llevar por algo, lo tiene que aclarar la Justicia”.

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