16 Diciembre de 2025 14:11
La reciente visita del presidente electo de Chile, José Antonio Kast, a Javier Milei llama poderosamente la atención por los lazos ultraderechistas que comparten con Estados Unidos y el modelo económico libertad que podría tener consecuencias todavía incalificables para la región latinoamericana.
Kast, conocido por sus vínculos con el legado del régimen de Pinochet y su retórica conservadora, eligió a Argentina como su primer destino internacional tras su contundente victoria electoral. La reunión con Milei, líder de ultraderecha en América Latina, no dejan dudas de para dónde va el modelo económico, político y social de esta nueva era.

El itinerario de Kast en Buenos Aires fue cuidadosamente diseñado para reforzar su imagen de estadista y consolidar relaciones estratégicas. Su llegada al aeropuerto, acompañado de un séquito de asesores y representantes empresariales, marcó el inicio de una jornada intensa.
Primero, se reunió con el ministro de Economía argentino, Luis Caputo, y posteriormente con el viceministro José Luis Daza, a quien le habría ofrecido un cargo en Chile, aunque todavía no se confirmó si aceptará. Ambos encuentros parecieron centrarse en temas económicos y comerciales, aunque los detalles específicos no fueron divulgados.

El momento más esperado fue su ingreso a la Casa Rosada para encontrarse con Milei. Aunque no hubo una declaración conjunta oficial debido a que Kast aún no asume formalmente la presidencia, sus palabras dejaron claras sus intenciones: "Con el presidente Javier Milei nos conocemos por distintas actividades que hemos podido realizar juntos en distintos países. Eso va forjando una relación y hoy día ya queremos tener contacto con él en esta condición de presidente electo para ir avanzando".
Sin embargo, las declaraciones de Kast no estuvieron exentas de controversia. Al elogiar la gestión económica de Milei, afirmó: "Hay mucho que aprender en Argentina, de cómo han reducido la inflación y eso ha permitido bajar la pobreza extrema", dijo desconociendo los cientos de miles de empleos perdidos, las Pymes que se cierran todos los días y no hablar de la caída del poder adquisitivo que sufren las clases trabajadoras.
La agenda de Kast también incluyó un almuerzo con empresarios en un lujoso hotel porteño y una reunión con el embajador chileno en Argentina, José Antonio Viera-Gallo. Estos encuentros apuntaron a trazar líneas de cooperación económica futura, aunque es difícil ignorar el trasfondo político-ideológico que une a los dos presidentes latinoamericanos.
Ambos construyeron sus carreras sobre discursos de odio y polarizantes que dividen profundamente a sus pueblos. Mientras Kast aboga por una "mano dura" contra la delincuencia, combinada con una "mano social blanda", Milei ha sido un ferviente defensor del liberalismo extremo y la eliminación del Estado como actor regulador.

Nadie puede ignorar que la convergencia de José Antonio Kast y Javier Milei consolida un eje ultraderechista en América Latina, algo que podría ser completamente peligroso para la democracia, los derechos humanos y las libertades colectivas e individuales.

