07 Julio de 2025 11:50
La impunidad con la que actúa el Gobierno de La Libertad Avanza (LLA) quedó en evidencia una vez más luego de que salieran a la luz las imágenes de cómo ingresaron 10 valijas sin control, el pasado 26 de febrero en un vuelo privado de la firma Royal Class, que pertenece al empresario argentino y especialista en inteligencia Leonardo Orlando Scatturice y en el que viajaba su empleada Laura Arrieta.
El hecho había sido denunciado por el periodista de La Nación Carlos Pagni, aunque desde la Vocería presidencial lo negaron en una conferencia de prensa que encabezó Manuel Adorni. "Es fácticamente imposible que alguien haya visto a alguien con 10 valijas, porque no bajaron del avión", había asegurado el funcionario sin ponerse colorado. Allí hasta aclaró que Arrieta venía "solo con un carry on", algo que fue desmentido por las cámaras de seguridad de la Aduana.
"Esta persona se sometió a todos los controles de Aduana sin detectarse nada extraño, siguiendo los protocolos, cumpliendo con la normativa", precisó sobre Arrieta. El último domingo salieron a la luz en TN las grabaciones que exponen que lo negado por la gestión libertaria es verdad que lo que hizo Adorni fue lisa y llanamente mentir desde la Vocería, ya que, tal como se había denunciado, sólo informaron cinco valijas cuando las que habían era el doble.
Desde la Justicia, ya actuaron en relación al caso ya que desde el Ministerio Público Fiscal (MPF) emitieron un dictamen donde expusieron que no sólo no controlaron como a los demás a los representantes de Scatturice, sino que hasta les facilitaron el ingreso. Además, se detectaron irregularidades y partes editadas en las cámaras de seguridad que controlaban el jet privado que estuvo hasta el 5 de marzo en la Argentina. También se vio algo que no estaba en la denuncia, que Arrieta le entrega su celular a una agente de la Aduana que se lo recibió.

La falta de control
En el dictamen judicial quedó bien claro que el "hecho se produjo ante la mirada de funcionarios encargados del control, que no solo presenciaron la situación, sino que también facilitaron activamente el acceso exclusivo del grupo". "Mientras el área se encontraba libre de aglomeraciones, los tripulantes y la pasajera del vuelo N18RU fueron reconducidos por personal aduanero", señalaron. También indicaron que estos lo hicieron "sin atravesar los escáneres ni ser sometidos a la revisión del equipaje", mientras que los pasajeros de otros vuelos fueron controlados "sin excepción".
"Esta diferencia en el tratamiento resulta particularmente significativa, ya que no obedeció a una situación de congestión ni a una saturación operativa que justificara una alteración en la dinámica de control", establecieron desde la Justicia, donde también denunciaron que "el desvío" que hizo Arrieta y sus dos acompañantes "fue una decisión expresa y directa del personal aduanero, adoptada a pesar de la disponibilidad de medios tecnológicos para llevar a cabo la inspección".

Videos editados y un celular entregado
Desde Royal Class habían señalado que no se había observado a nadie ingresar al jet privado entre el 26 de febrero y el 5 de marzo que estuvo en Aeroparque. Aunque lo cierto es que, de acuerdo al análisis hecho por el MPF a partir de las grabaciones del hangar que están en manos de la Policía Federal, esto es incomprobable. "Se revelan filmaciones parciales con huecos temporales donde no es posible observar ni monitorear de manera continua el estado ni la posición de la aeronave durante el lapso comprendido entre su 'sellado'", explicaron en el dictamen en el que también remarcaron que el procedimiento correspondiente del cierre "no tuvo ningún aval oficial".

La posibilidad de que hayan editado las imágenes se impone más que nada a partir de ver todas las demás mentiras detectadas por la investigación. Por ejemplo, la entrega del celular de Arrieta a la trabajadora de Aduana, que la Justicia definió como un "comportamiento inusual", se desconocía en el expediente. Fue por este motivo que solicitaron todas las medidas que hagan falta para identificar a todo el personal que trabajó ese 26 de febrero, con el fin de que sean convocados a declarar y se pueda llegar a un testimonio sólido que explique las controversias detectadas o que exponga un entramado de corrupción -o algo peor- negado por el gobierno de Javier Milei.

Los hechos y el poder de Scatturice
La mañana del 26 de febrero llegó a Aeroparque el vuelo de Royal Class, en el que viajaba la gerente de operaciones corporativas de OCP Tech, Arrieta, y dos acompañantes más identificados como José Luis Donato Bresciano y Juan Pablo Pinto. Los tres partieron en la misma aeronave el 5 de marzo a París, aunque allí también se sumó gerente de negocios corporativos de OCP, Víctor Germán Du Plooy, quien había llegado en un vuelo privado al país el 3 de marzo.
Scatturice es uno de los hombres más poderosos de la Argentina en la actualidad. El empresario es uno de los hombres fuertes de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) a la que viajó Milei algunas veces y que hasta se celebró una vez en el país con su aval.

A su vez, tiene un largo historial que lo llevó de chofer en la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) en tiempos de Carlos Menem, a ser el asesor más importante de Santiago Caputo en términos de inteligencia y tecnología. También, de acuerdo a lo expuesto por el periodista Hugo Alconada Mon, metió a Andrés Edgardo Vázquez, su amigo desde hace 25 años, al frente de la Dirección General Impositiva (DGI) que depende de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA)
Su rivalidad con Antonio "Jaime" Stiusso, quien fuera el hombre más fuerte de la inteligencia argentina durante más de 30 años, es un dato a tener en cuenta en el marco de cómo terminó expuesta su empresa en esta maniobra fraudulenta que se consolidó como si todo estuviera bajo control. La última noticia de su parte fue cuando semanas atrás se quedó con la low cost Fly Bondi.

