por Agustin Gulman
21 Octubre de 2015 10:59
El llamado anónimo fue el lunes por el mediodía y estaba dirigido a la diputada Laura Alonso. Una voz masculina le avisaba que le enviaría información relevante referida a un supuesto espionaje masivo del Estado. Horas después llegaron las once páginas con nombres, DNI y fechas de nacimiento de unas 202 personas entre periodistas, políticos, empresarios y personalidades del mundo judicial.
Las diputadas Laura Alonso y Patricia Bullrich difundieron la información e hicieron la denuncia en los tribunales federales
Las “voces sin dueño” no son para nada extrañas. En el mundo hubo varios casos de anónimos que presentan denuncias sobre las que, luego, hablará todo un país, y en algunos casos, hasta gran parte del mundo. La información filtrada en las últimas horas son órdenes que habrían sido emitidas desde la Agencia Federal de Inteligencia.
UN ANÓNIMO EN EL SENADO
Corría el año 2000 cuando la Argentina enfrentaba al mayor caso de corrupción en el Congreso de la Nación. En marzo, mientras el Senado debatía la ley de Reforma Laboral, el dirigente gremial Hugo Moyano despertó el alerta en público, al decir que el entonces ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, le había hablado de la “Banelco” para los senadores.
Tiempo después, gracias a una denuncia anónima que le llegó al ex vicepresidente y titular del Senado, Carlos Chacho Álvarez, que se activó una presentación judicial que luego desembocaría en la renuncia de Álvarez, y tiempo después desataría una profunda crisis institucional que terminó con la renuncia del presidente Fernando De La Rúa.
Los ex funcionarios que debieron afrontar un juicio por las denuncias de coimas en el Senado
El anónimo había acercado información donde daba cuenta de la existencia de los pagos ilegales a senadores del Partido Justicialista. En la información que le filtró a Chacho Álvarez, le aseguraba que todo formaba parte de la maniobra de un sector del gobierno para aprobar la norma.
Incluso, el documento filtrado fue leído por el propio Álvarez durante una reunión convocada para analizar la denuncia, donde se detallaban los trámites de las coimas, nombres, actitudes y montos pactados. La Justicia se tomó de ese anónimo para llevar adelante la investigación.
Las coimas en el Senado fueron pagadas para aprobar el proyecto de la Reforma Laboral.
La denuncia no sólo llegó a un grupo de senadores. También fue enviada, vía fax, a las salas de periodistas de la Cámara de Diputados y el Senado. Aunque la SIDE trató de dar con el autor, se determinó que el fax fue enviado desde un locutorio, y no se pudo dar con el autor. Horas más tarde, uno de los involucrados reconoció cómo habían sido los hechos, y reconoció la denuncia.
GARGANTA PROFUNDA
Recién tres décadas después del caso Watergate, que llevó a la renuncia al presidente de los Estados Unidos Richard Nixon, se conoció que el informante anónimo Garganta Profunda era un ex adjunto de la dirección del FBI, Mark Felt. Se trata de uno de los casos más resonantes en la historia de las filtraciones, que dieron a conocer el robo de información y documentos del gobierno, y el posterior encubrimiento por parte del gobierno de Nixon.
Richard Nixon, el ex presidente de los Estados Unidos.
La información fue filtrada por Felt a Carl Bernstein y Bob Woodward, dos periodistas del Washington Post que investigaron durante 26 meses las extensas redes de las irregularidades, que apuntaban directamente a la Casa Blanca, a través del Comité para la Reelección del Presidente. Garganta Profunda recién reconoció su verdadera identidad 30 años después de haber filtrado la información.
Esa fuente había revelado a Woodward que el espionaje telefónico contra el Partido Demócrata era una actividad realmente planificada por los principales asesores de Nixon, Haldeman y Ehrlichman, con respaldo del mismo presidente de los Estados Unidos.
El edificio de Watergate, en la ciudad de Washington DC, centro de las denuncias
Gracias a la investigación, entre otras cosas, se conoció que los cinco asaltantes del edificio Watergate habían sido contratados y pagados de manera secreta por Howard Hunt y Gordon Liddy, dos hombres vinculados al Comité de Reelección del presidente, el equipo de militantes del Partido Republicano creado por Nixon para sostener su campaña de cara a la reelección.
PENTAGATE, UN CASO DE CORRUPCIÓN EN CHILE
El caso de corrupción que aún es materia de investigación en Chile comenzó a raíz de mensajes anónimos recibidos por el Servicio de Impuestos Internos de Chile, e involucra al Grupo Penta, un holding empresarial chileno, con inversiones en las áreas de previsión, seguros, finanzas, salud, inmobiliaria y educación.
Según sus propias estimaciones, el grupo maneja activos por unos 30 mil millones de dólares. En las filtraciones anónimas se acusa a uno de los fiscalizadores del Servicio de Impuestos Internos de acceder clandestinamente a los archivos y modificar declaraciones de impuestos pasadas de clientes que recibirían dinero del fisco, a cambio de una comisión.
De este modo, le habrían logrado defraudar al Estado unos 4 millones de dólares, según investiga la Fiscalía, que imputó a un centenar de personas involucradas, entre ellas el exgerente del grupo Penta, Hugo Bravo. El caso involucra facturas falsas para alterar la contabilidad del grupo, y evadir impuestos.
Penta es señalada por graves irregularidades fiscales. Acusan de estafar por 4 millones de dólares al estado
El escándalo sacudió, además, a los partidos, a los medios y a la sociedad chilena, salpicando además a uno de los principales grupos de la derecha, la Unión Demócrata Independiente (UDI) y a conocidos empresarios nacionales, con la publicación del intercambio de correos electrónicos entre figuras de la UDI y miembros de Penta.