02 Noviembre de 2018 04:03
Luciana Salazar vive momentos de mucha tensión, luego de que corriera la versión de que la rubia le iniciaría juicio a su ex Martín Redrado. El joven periodista Benito Santilli reveló que Luli llevaría al economista a tribunales por la “violación a la confidencialidad del acuerdo que firmaron, por parte de su entorno y por incumplimiento de hace más de un año, en la cuota alimentaria de Matilda”.
A su vez, detalló el supuesto acuerdo entre ambos, algo que fue desmentido categóricamente por el propio Redrado. “El acuerdo que firmaron consiste en 600 mil dólares más educación y vivienda hasta los 18 años para Matilda”, señaló el periodista en su cuenta de Twitter.
En este contexto, la conductora de Chismoses, el ciclo de Net TV, protagonizó un insólito y fuerte cruce con Yanina Latorre este mismo jueves. Todo comenzó cuando la modelo contó que le iniciaría acciones legales a Martín Redrado. A raíz de esto, la panelista le pidió a Luli que suelte al economista y comience a vivir su vida. Algo que molesto, y mucho, a la rubia.
El intenso ida y vuelta completo
Yanina Latorre: “No lo dijo el hijo (por Tomás Redrado). Tenés que soltar a la familia Redrado si realmente te querés separar”.
Luciana Salazar: “Yanina hay muchas cosas que no sabés y hablás de más”.
Y: “No, yo no hablo de más, hablo de todas las pavadas que tuiteás vos”.
L: “Vos seguís diciendo algo que te costó una pelea con Ana Rosenfeld”.
Y: “Mirá, te voy a decir algo, que Rosenfeld se cague y se vaya para atrás no es mi problema, lo tengo escrito en mensajes. Por algo tuve un juicio con Redrado y salí sobreseída. Yo te aclaro que lo único que no hago es mentir”.
L: “¡Demostralo, demostralo!”
Y: “No lo voy a mostrar porque no se me canta y no hay nadie que me importe menos que vos. Si hay algo que yo no hago es mentir, trabajo de esto y me va muy bien. Pero lo que te digo es que, si te querés separar de Redrado y no es el padre de tu hija, soltalo. Tenés una obsesión con estas cosas”.
L: “Te voy a hacer un juicio a vos, porque si seguís diciendo algo, mostrá las pruebas”.
Y: “¿Por qué las voy a mostrar? Intimame a un juicio y te las muestro. ¿Quién sos vos para decir que la gente muestre las pruebas? Luciana, estás muy aburrida, andá a cuidar a la nena”.
L: “Yo cuando hablo de cosas concretas muestro las pruebas”.
Y: “¿Qué pruebas? Es la vida tuya a través de Twitter. No hay nada más berreta”.
L: “Podés quedar como mentirosa”.
Y: “De la misma forma que escuché cosas tuyas en privado, que no mediaticé y que un día las puedo contar, y vos vas a negar que me las contaste. Con Rosenfeld me pasó lo mismo. Lo niega”.
L: “Yanina, contá lo que quieras, no me importa, pero te puede traer problemas”.
Y: “No voy a contar nada tuyo porque tengo códigos. No tengo ningún problema personal con vos. ¡Me aburre tu cuento con Redrado!”
L: “Listo, listo. Lo que yo te digo es que si estás hablando de algo tan serio y das tanta seguridad”.
Y: “Lo tengo hasta escrito por Redrado. Haceme otro juicio que me encanta verte en Tribunales a cara lavada”.
L: “El juicio te lo va a hacer Ana, porque vos estás exponiendo a Ana”.
Y: ¡Qué hermoso! ¡Me encanta! ¿Vos te das cuenta que tu vida mediática está atravesada por juicios y demandas? ¿No te da vergüenza tanta pavada? ¿Qué juicio me va a hacer Ana, por contar que Redrado tenía un acuerdo con vos?.
L: “¿Vos me hablás de vergüenza? ¿Querés que diga lo que vos viviste el año pasado? ¡Y vos hablás de vergüenza!”.
Y: “¿Qué tiene que ver? Decir que me metieron los cuernos. ¿A ver, qué vergüenza hice? ¿Sostener una familia? ¿Perdonar a mi marido? A mí no me da vergüenza perdonar a mi marido, me da más vergüenza leer las pavadas que escribís vos de otras familias”.
L: “¡Ay, Yanina, vos nunca hiciste nada! No hables de vergüenza”.
Y: “¿Y qué hice? ¿Por qué no puedo hablar de vergüenza? ¿Yo qué vergüenza hice? ¿Por qué tengo que tener vergüenza, porque me metieron los cuernos? Nunca hablé del padre de mis hijos, ni de mis hijos. ¿Por qué tengo que tener vergüenza? ¡Decímelo vos! ¡Que me conteste!”.
L: “Yanina, no hablemos de vergüenza”.
Y: “Hablemos de vergüenza”.
L: “Bueno, si vos decís que tenés pruebas, ¿qué es lo que te da vergüenza?”.
Y: “No vayas a las pruebas. Estás obsesionada con Redrado. ¿Decime qué hice, además de ser víctima de un cuerno? No le hablo más. Vos no tenés vergüenza, estás obsesionada con un tipo, que es el padre, que no es el padre de Matilda”.
L: “Vos tenés problemas con todo el ambiente artístico, por algo debe ser”.
Y: “Yo digo la verdad”.