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Cuatro anécdotas increíbles que no conocías del hotel más coqueto y emblemático de Bariloche

El Hotel Llao Llao guarda miles de historias. Acá te contamos algunas imperdibles.

18 Octubre de 2018 13:36
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Uno de los más bellos no sólo del país sino del mundo, el hotel Llao Llao de Bariloche comenzó su historia en los años '30, permaneció cerrado y olvidado durante décadas y renació para ocupar hoy el sitial de lujo que se merece.

Y, por supuesto en años recientes cosechó cientos de historias bizarras de clientes extraños. Repasamos algunas de las más llamativas.

Una de las vitas desde una habitación del hotel.

El jeque gamer

Un jeque de Medio Oriente que vino a hacer negocios a Bariloche se alojó de una manera bastante particular en el Llao Llao.

Así, reservó cuatro habitaciones: una para él, tres para cada una de sus esposas y otra para una de sus posesiones más preciadas: su Play Station. Sí, efectivamente, el excéntrico jeque pagó un alojamiento extra sólo para convertirlo en su sala de juegos privada y personal.

El cálido interior del hotel.

El exigente

Otro rico árabe se convirtió en una auténtica pesadilla para uno de los cocineros del hotel de la mano de un insólito capricho: los panqueques.

Insatisfecho con la manera en la que habían cocinado el plato, el huésped mandó a rehacerlo nada más y nada menos que 10 veces, llevando al extremo aquella máxima que dice que el cliente siempre tiene la razón.

El derrochador

Otro visitante, mientras tanto, reservó una de las suites más caras durante todo un mes. Además, lo hizo a través de la web Booking.com, por lo cual se hizo sumamente complicado rastrear si efectivamente era un cliente serio.

Y aunque el personal del hotel sospechó durante un buen tiempo que era la acción de un bromista, no le quedó otra que esperar y confiar. Y, efectivamente, el rico señor hizo acto de presencia y se quedó durante el mes entero.

 

El presidente

Uno de los huéspedes más famosos del hotel fue, sin duda, Barack Obama, quien se alojó mientras aún era presidente de Estados Unidos.

El primer mandatario se alojó en la suite Royal, la más cara del establecimiento. Varios días antes de su llegada, el servicio secreto envió una avanzada para chequear todo lo referido a la seguridad de Obama y, el día de su llegada, cortaron completamente la avenida que pasa frente al hotel por varias horas y ocultaron hombres en lugares estratégicos del predio.

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