29 Mayo de 2015 15:19

“Es todo grande y nadie alcanza a comer el 5% de cada cosa. Y vienen y te la tiran. ¡Se tiran la comida! ¿Lo que comieran los chicos de África con esto?”, así arranca el video exclusivo de la rica charla sobre pobreza que tuvieron, en abril pasado, el Diego Maradona y el Papa Francisco, en el Vaticano. A Diego se lo ve exultante, analítico y bastante más fluidos al hablar que en otras de sus declaraciones públicas de este año.
El Papa Francisco, con una cara que en principio parece de asombro, escucha atentamente el análisis de Maradona. Bergoglio le respondió con una salida divertida. “Por lo menos si tuvieran el gallinero, comían la gallina, y quedaban las otras, así se hacía antes”.
En su última visita, Maradona estuvo varios minutos a solas con Francisco, con Rocío Oliva de testigo (pareja y futura esposa, según el anuncio de BigBang). En ese contexto le hizo el planteo sobre la maldad que tienen los ricos hacía los pobres para erradicar el hambre y la pobreza, que te mostramos en exclusivo. Luego volvió a Dubai, donde vive y donde lo retratamos, junto a su novia, en un BMW Spider, un deportivo con puertas “murciélago” que cuesta unos de 200.000 euros.
Una relación muy cambiante
“Cambia lo superficial, cambia el modo de pensar, cambia todo en este mundo. Cambia, todo cambia...”, cantaba Mercedes Sosa, y el tiempo cambia a las personas. ¿Está mal cambiar? Para Diego Maradona no. Es una habilidad más de su talento inagotable a la hora de relacionarse con las personas. Algo que lo hace más terrenal.
No sólo en la FIFA vio a sus rivales más importantes, también a lo largo de décadas tuvo varios con otro pesado: la Iglesia Católica. Desde que Jorge Bergoglio se convirtió en el Papa Francisco, Maradona cambió su visión crítica sobre la Iglesia. “El primer hincha de Francisco, soy yo”, manifestó en las tres visitas de Maradona a Bergoglio.
El astro trabaja para El Vaticano a través del programa Scholas, “un grupo de vecinos que tiende puentes de comunicación a los jóvenes a través del educación, deporte y cultura”, como definió el Papa.
Durante el papado de Juan Pablo II sus cruces con el fallecido pontífice y la Iglesia fueron una constante. La más conocida de sus anécdotas con Karol Wojtyla se produjo cuando Maradona visitó el Vaticano por primera vez. El Papa le regaló un rosario y le dijo: “Este es especial para vos. Miré el rosario que le había dado a Claudia, el que le dio a mi mamá, y los otros que había regalado. Y eran todos iguales. Entonces encaré al chabón y le dije, '¿qué tiene de especial si es igual que el resto?'. Se quería suicidar el hijo de puta. Su explicación fue peor: Cómo, ¿y los otros no?”.
Cuando Maradona se casó con Claudia Villafañe, el 7 de noviembre de 1989, también tuvo un cruce duro con sumo pontífice. “A mí me criticó el Papa, y por qué no critica a la mafia. Por qué me criticó que gasté un millón y medio dólares para casarme con la mujer que viví 15 años de novio. ¿Qué le importa? Porque no saca el oro del techo y se lo da a los chicos de África, que en vez de besarle el piso, le podría dar comida”.
Por ahora, con Francisco las cosas son distintas. Por ahora.