08 Mayo de 2025 14:20

Tras un cónclave que se resolvió en apenas dos días, la Iglesia Católica eligió a su nuevo pontífice. Robert Prevost, ahora conocido como León XIV, asume el liderazgo de la comunidad católica global en un contexto de desafíos internos y externos, marcando el inicio de una nueva etapa para el Vaticano.
Su elección no solo destaca por su perfil pastoral y académico, sino también por las conexiones profundas que ha construido con América Latina y su experiencia en temas sociales y eclesiásticos.
Prevost, nacido en Estados Unidos, cuenta con una formación académica que lo distingue entre sus pares. Es licenciado en Ciencias Matemáticas por la Universidad de Villanova, una especialización que le permitió desarrollar un enfoque analítico en su trayectoria.
Además, obtuvo una maestría en Divinidad por la Catholic Theological Union de Chicago y un doctorado en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino en Roma. Esta combinación entre ciencias exactas y teología le brinda una perspectiva bastante particular para sobrellevar un mundo cargado de contradicciones y sumido en un contexto político que conlleva conflicto bélicos en muchos países de Medio Oriente, sumado a la creciente ola de políticos de ultraderecha que ahora pretenden inundar la realidad del mundo.
Desde 2023, Prevost ocupó el cargo de prefecto del Dicasterio para los Obispos, un rol estratégico que lo convirtió en el principal consejero del Papa Francisco para la designación de obispos en todo el mundo. Este puesto consolidó su influencia dentro del Vaticano y lo posicionó como un líder capaz de equilibrar las demandas administrativas con las necesidades pastorales.
¿Lo mandó Francisco?
Aunque nacido en Estados Unidos, Prevost tiene una conexión profunda con América Latina, una región que marcó toda su carrera eclesiástica. Durante sus primeros años ministeriales, trabajó como misionero en Perú, específicamente en la diócesis de Chulucanas, una región de escasos recursos del norte del país.
Allí desarrolló una labor pastoral centrada en la formación de comunidades, la defensa de los derechos humanos y el acompañamiento a los sectores más vulnerables. Esta experiencia no moldeó su sensibilidad hacia las problemáticas sociales y lo posicionó como un puente entre las realidades del Norte global y las del Sur.
Su fluidez en español y su cercanía con la cultura latinoamericana lo convierten en un líder capaz de dialogar con los pueblos del continente, continuando así con el legado de Francisco. De hecho, sorprendió que en su discurso de presentación desde la Capilla Sixtina exprese un discurso de agradecimiento y de paz a su diócesis en Chulucanas, Perú. Sin embargo, su estilo es más sobrio y discreto que el del Papa argentino, algo que muchos ven como un plus en esta etapa de transición.
Pero no todo es color de rosas: la trayectoria de Prevost no está exenta de cuestionamientos. Durante el período en el que vivió en Perú, su gestión fue señalada por presunto encubrimiento en casos de abuso dentro de su diócesis. Aunque nunca se presentaron cargos formales, estas denuncias generaron las suficientes críticas entre sectores que exigen mayor transparencia en la Iglesia. Este tema será uno de los desafíos más delicados que deberá enfrentar León XIV, especialmente en un momento donde la "tolerancia cero" frente al abuso clerical se ha convertido en una línea roja para la institución que dejó como legado principal el papa Francisco.
¿Cómo se lleva con Donald Trump?
Aunque no hay registros de peleas públicas ni enfrentamientos oficiales, este no es el papa que jalonó el ultraderechista Donald Trump. Durante el pontificado de Francisco, Trump mantuvo tensas relaciones con el Vaticano debido a sus políticas migratorias y su retórica divisiva.
En este contexto, Prevost podría desempeñar un papel crucial como mediador, dado que conoce a fondo tanto las dinámicas políticas estadounidenses como las preocupaciones pastorales del Papa emérito.
El candidato predilecto de Trump para suceder a Francisco era el cardenal Timothy Dolan, líder del ala más conservadora de la Iglesia en Estados Unidos. Sin embargo, la elección de Prevost representa un equilibrio entre pragmatismo y sensibilidad social, características que podrían ayudar a tender puentes entre facciones enfrentadas dentro del catolicismo.
La llegada de León XIV al trono de Pedro marca un momento crucial para la Iglesia Católica. En los pasillos del Vaticano se habla de él como un "puente" entre dos Iglesias: la institucional y la popular; el Norte global y el Sur. Al parecer, el papa Francisco "metió mano" porque Robert Prevost estaba entre quienes nombraba como su sucesor. Ahora tendrá que atravesar uno de los retos más importantes de la historia de la iglesia católica en un mundo cada vez más convulsionado por la guerra y por la reaparición de las nuevas ultraderechas mundiales.