29 Diciembre de 2015 15:41
Una vez las calles de la India profunda fueron descriptas como una “galería de lo increíble”. Más allá de la extrema pobreza y los personajes singulares, hay gente automutilada, enfermedades extrañas y seres deformes que apenas sobreviven. Kanai Das es uno de ellos.
Recauda apenas 5 dólares por día. Ahora lo reverencian.
Vive, subsite, de la limosna y de lo que otros tiran. Apenas recauda 5 dólares por día y sufre de una enfermedad que le dificulta absolutamente todo: nació con neurofibromatosis, una patología que de a poco le deformó el rostro de una manera increíble y lo asemeja a un elefante.
Comenzó con un bulto sobre su ojo que fue creciendo hasta taparle parte del rostro.
Un día notó que había gente que lo miraba sin espanto, casi con curiosa devoción. Están convencidas que se trata, en realidad, de la reencarnación de Ganesh, una deidad hinduista con forma de paquidermo.
Ganesh, el dios hindú con el cual lo confunden.
"La gente cree que soy un dios porque tengo una trompa como la suya. Pero no fue siempre así", dijó Kanai. Primero fue un bulto sobre le ceja, que con el tiempo se fue agrandando, hasta que el rostro “cayó” y le tapópor completo el ojo derecho.
"La gente lo reverencia como Ganesh, y le da dinero. Todos lo quieren y le piden su bendición. Pero es él quien necesita bendiciones, porque su vida es muy dolorosa", contó Bharati, su madre adoptiva.
Kanai junto a su madre adoptiva.
Kenai le reza a los dioses: "a pesar de que los médicos me dicen que no tengo cura, todavía espero un milagro. Quiero ser una persona sana y llevar una vida normal", confesó emocionado.
En el cine
El cine ya había llevado a la pantalla un caso real similar, aunque no demasiado. Se trata de El Hombre elefante, film de David Lynch, en el que Frederick Treves (Anthony Hopkins), un cirujano en el Hospital de Londres, descubre a Joseph Merrick (John Hurt) en un circo victoriano.
Escena de El Hombre Elefante. De la vida real a la pantalla.
Merrick es tan deforme que tienen que usar una capucha y una capa en público. Comienza a interactuar con él y descubre que lejos de ser retrasado como le habían dicho, es una persona sensible e inteligente.