24 Septiembre de 2015 15:26
De un extremo a otro. El viaje del papa Francisco puede ir de un almuerzo con indigentes a reunirse con Obispos, lo que ocurrirá de un momento a otro en la Catedral de San Patricio de Nueva York.
En Washington, los “sin techo” lo esperaban sentados en una mesa armada cerca de la salida de la parroquia San Patricio. La emoción estaba dibujada en sus rostros, que se encendieron cuando, luego de oficiar una misa, Francisco salió y los saludó con una sonrisa y dos palabras: “Buen apetito”. Entonces, los cerca de 300 homeless, inmigrantes, indigentes y voluntarios comenzaron a disfrutar de una comida inolvidable: pollo teriyaki con ensalada, pasta asiática y porotos verdes.
Francisco volverá a reunirse con obispos norteamericanos.
Con los sin techo
El pontífice se sacó fotos con ellos, repartió saludos y besos y los bendijo allí mismo, en la calle donde se acercan todos los días para recibir ayuda de las Caridades Católicas.
Un homeless esperando para ver a Francisco.
Antes, en la misa, Francisco se preguntó: ¿Por qué estos hermanos nuestros están sin hogar, por qué estos hermanos nuestros no tienen un techo o comida?''.
El encuentro con los indigentes fue emotivo.
Fiel a su estilo, el Papa fue directo en su mensaje. "No encontramos ningún tipo de justificación social, moral o del tipo que fuese para aceptar la falta de alojamiento. Son situaciones injustas, pero sabemos que Dios está sufriéndolas con nosotros, está viviéndolas a nuestro lado. No nos deja solos'', y agregó que la sociedad debe buscar las causas que dejan a las personas sin hogar.
El menú solidario que disfrutaron los necesitados y el Papa bendijo.
"Qué bien nos hace rezar juntos, qué bien nos hace encontrarnos en ese espacio donde nos miramos como hermanos y nos reconocemos los unos necesitados del apoyo de los otros''. Y con una sonrisa, bendijo a todos.