20 Enero de 2017 06:58
Desde el tristemente célebre 11-S, el fantasma de los atentados en los Estados Unidos no descansa en paz, y más ante eventos de la magnitud e importancia como el que tendrá lugar hoy.
Por eso, la fuerza entera del aparato nacional de seguridad estadounidense será desplegado en Washington para que la asunción de Donald Trump, que contará con una asistencia estimada de casi un millón de personas, transite por los carriles normales.
Toda la seguridad de los Estados Unidos estará abocada al evento.
Más de 100 cuadras (cerca de 3,7 kilómetros cuadrados) estarán cerradas al tráfico automovilístico, blindando literalmente los alrededores de la ceremonia de toma de posesión. Se espera que el operativo seguridad supere los 100 millones de dólares.
Plano de una ciudad blindada.
Las restricciones en el espacio aéreo sobre la capital también fueron reforzadas. La Administración Federal de Aviación modificará sus parámetros típicos y limitará los procedimientos aeroportuarios locales.
El tránsito aéreo también estará restringido.
Anticipando una gran cantidad de visitantes, Amtrak también aumentará los esfuerzos en la seguridad ferroviaria con patrullas y unidades caninas adicionales para monitorear pasajeros y su equipaje, tanto de mano como despachado.
El secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, afirmó la semana pasada que un estimado de 28.000 miembros del Servicio Secreto, de la Administración de Seguridad de Transporte, del FBI, de la Policía de Parques, de la Guardia Costera y de la policía local de Washington y de toda la nación serían desplegados por toda la ciudad.
El secretario de Seguridad Nacional,Jeh Johnson.
A pesar de la ausencia de una amenaza “específica y creíble”, al Departamento de Seguridad Nacional le preocupan los denominados “lobos solitarios”, “actos individuales de extremismo violento y en individuos que se autorradicalizan”, como se ha visto en los recientes ataques en Francia y Alemania. Por ello, camiones y autobuses serán colocados en lugares estratégicos para bloquear grandes reuniones de peatones.
Habrá francotiradores y agentes secretos en lugares estratégicos.
Lo que no se puede llevar
Los asistentes podrán entrar a través de seis puntos de control de seguridad pública que rodean la Explanada de Washington y el gran espejo de agua.
Las restricciones ahí serán aún mayores, con los funcionarios haciendo pública una lista de no menos de 40 artículos prohibidos, que incluyen desde armas de fuego y fuegos artificiales a mochilas, globos, tambores, silbatos y “palos de selfie”.
El Servicio Secreto seguirá de cerca a Trump.
También vale aclarar que entre los artículos prohibidos en las zonas de seguridad de la ceremonia figuran los drones.
Johnson dijo que los funcionarios de seguridad decomisarán estos aparatos, que pueden eludir radares y con los que en dos ocasiones se violó el perímetro de la Casa Blanca, en 2015.
La ciudad presupuesta unos 30 millones de dólares en gastos, con un reembolso que se espera sea de 19 millones directamente por parte del Congreso.
En tanto, una porción de los 90 millones de dólares que el comité de la toma de posesión dijo haber recaudado también servirá para cubrir los costos de la seguridad.
