29 Noviembre de 2015 12:12
El caso bien podría recordar los crímenes de Carlos Robledo Puch, uno de los mayores asesinos seriales de la Argentina. Dos hombres atacaron a un joven y a su padre con un soplete de soldador, en medio de un enfrentamiento entre familias en la localidad santafesina de Los Troncos.
Según informaron fuentes policiales, Federico Alejandro Ovelar, de 33 años, sufrió quemaduras en un 40 por ciento de su cuerpo. El incidente ocurrió anoche, alrededor de las 22:30. Su padre, de 58 años, salió en su defensa y también fue atacado con el soplete, por lo que sufrió quemaduras en el cuello.
Las víctimas fueron trasladadas al hospital de Los Troncos, en Santa Fe.
El enfrentamiento comenzó cuando uno de los atacantes y su hijo, que había sido pareja de la hermana de Ovelar, se presentaron en la casa del joven para hablar con la mujer. Como se lo impidieron, comenzó una pelea a golpes. El confuso episodio tuvo un desenlace aún peor. En medio de la violenta situación, uno de los hombres arrojó combustible y el otro los prendió fuego con un soplete.
Según DyN, vecinos de la familia escucharon los gritos de la pelea y alertaron a la Policía. Heridos, padre e hijo fueron trasladados al hospital Mira y López. El más joven se encuentra internado en estado delicado, mientras que el padre se recuperaba en observación.
Los Troncos, en la provincia de Santa Fe, vivió una noche de conmoción.
En tanto, los agresores fueron detenidos por personal de la subcomisaría 12 y del comando Radioeléctrico, cuando intentaban escapar en un auto. En el lugar se incautaron una garrafa y el soplete con el que fueron agredidos las dos víctimas. La causa es investigada por los fiscales Cristina Ferraro y Jorge Nessier.
EL CASO ROBLEDO PUCH
El mayor asesino serial, considerado sociópata, Carlos Robledo Puch, atacó a su cómplice en varios delitos, Héctor Somoza, con un soplete. En febrero de 1972, ambos habían ingresado a una ferretería con el objetivo de robar.
Carlos Robledo Puch atacó a uno de sus cómplices con un soplete en medio de un robo.
Tras asesinar al vigilador, Robledo Puch mató a su cómplice. Con el objetivo de dificultar la tarea de los investigadores, decidió quemarle el rostro con un soplete.
