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Los "viudos negros" al acecho: seducen, drogan y después roban a sus víctimas

El caso más conocido fue el de José María Muscari, pero no es el único. En las salas de chat advierten a los usuarios que cuiden sus datos privados por seguridad y en los boliches los “viudos” acechan por nuevas víctimas.

por Gisela Nicosia

17 Octubre de 2015 05:26
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Conversan, seducen y engañan. Al igual que las llamadas “viudas negras”, en la comunidad gay merodea una modalidad delictiva cada vez más extendida; los delincuentes que simulan intenciones amorosas para sedar y robar a sus víctimas. 

En marzo de 2012 el Tribunal oral número 24 rechazó un pedido de probation y confirmó el juicio oral contra un ex amante del director teatral José María Muscari por haberlo dopado en su departamento del barrio porteño de San Telmo para robarle 60 mil dólares. Más allá del recordado caso, surgieron otras denuncias sobre esta modalidad de robo y se instalan los “viudos negros”. 

José María Muscari fue dopado y le robaron 60 mil dólares.

En el caso de Muscari, los jueces Marcelo Alvero, Raúl Llanos y María Cecilia Maiza desestimaron el planteo de Rodrigo David Villafañe, una pareja de corto lapso del director teatral, quien formuló el pedido de probation a través de su abogado, Gustavo Arin. Todo sucedió el 11 de diciembre de 2012 entre la medianoche y las 6.20. Según se demostró en la investigación, Muscari habría padecido los efectos de un somnífero proporcionado por Villafañe y, sumido en un profundo sueño, fue asaltado. Por el hecho Villafañe fue procesado por “robo simple”.

El peligro de esta modalidad delictiva aumenta en los boliches y bares de la comunidad.

Otro hecho es el que vivió un hombre el fin de semana pasado dentro de un boliche gay, ubicado en Rodríguez Peña al 1000. Según cuenta a BigBang la víctima, mientras bailaba con amigos un joven lo tomó de la cintura en plan de conquista. Luego de conversar fueron a la barra, pidieron unos tragos y luego de unos minutos perdió todo tipo de recuerdo de lo que sucedió. 

“Estaba atontado pero me di cuenta de que me faltaban cadenitas de oro y anillos, y también mi computadora.

“Desperté en mi casa al día siguiente tras ser llamado infinidad de veces por mis amigos. No sabían donde estaba y yo no entendía nada. No recuerdo ni cómo llegué”, dice Roberto C., quién por cuestiones de seguridad preserva su identidad. “Tengo recuerdo de que hablé con un joven y tomé unas copas, pero nada más. Es horrible la sensación de no saber qué hice y qué pasó en mi casa”, afirmó.  

En su domicilio faltaron elementos de valor sentimental, ya que no tenía dinero en el departamento. “Estaba atontado pero me di cuenta de que me faltaban cadenitas de oro y anillos, y también mi computadora”, afirmó.

En las salas de chat advierten que los usuarios no brinden sus datos personales por seguridad.

CHAT PELIGROSO

En Paraná, Entre Ríos, un hombre fue detenido acusado de drogar y robarles pertenencias a hombres a quienes conocía a través de Internet, informaron fuentes policiales. Según la investigación realizada por la policía local, se relacionaba vía chat con integrantes de la comunidad homosexual de Santa Fe y, tras avanzar en la relación, planificaba encuentros íntimos en los departamentos de las víctimas. Antes de mantener relaciones sexuales, el joven lograba que sus ocasionales parejas consumieran bebidas que contenían poderosos somníferos. 

Proliferan las salas de chat gay y crecen las posibilidades de ser víctima de los viudos negros.

Con consecuencias aún peores es lo que padeció Gabriel L., otra víctima de este tipo de modalidad. “Conocí en el subte a un hombre que inició su charla amistosamente. Me invitó a tomar un café e intercambiamos teléfonos. Nos volvimos a ver otro día en mi casa y luego de mantener relaciones sexuales, sacó de su bolso una barra metálica y me golpeó en la cabeza. Se fugó de mi casa llevándose mi computadora, dinero, joyas y ropa de marca”, contó a BigBang. Por la agresión, Gabriel perdió el conocimiento y luego de ser encontrado por un compañero con el que compartía el departamento, fue asistido de urgencia. Terminó internado y con varios puntos en su cabeza. El hecho fue denunciado y se inició un proceso judicial contra el atacante que logró ser rastreado por su número de celular. 

Si bien aún los “viudos negros” no sobresalen en los registros de denuncias policiales, se difunde por las redes sociales y sitios de la comunidad gay información de éstos casos para evitar nuevas víctimas. Hay que tener en cuenta que, como sucede en otro tipos de delitos, muchas veces la propia víctima prefiere no hacer la denuncia por falta de pruebas o temor a ser burlado o discriminado por lo sucedido.

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