29 Mayo de 2025 16:03

Este jueves, la familia de Diego Maradona, junto a los fanáticos del fútbol, recibió una noticia tan previsible como desgarradora: tras más de dos meses de debate oral y más de 40 testigos, la Justicia declaró la nulidad del juicio por la muerte del astro del fútbol.
La decisión fue tomada por los jueces Maximiliano Savarino y Verónica Di Tommaso, quienes integraban un tribunal que quedó incompleto luego de la recusación de la magistrada Julieta Makintach, apartada del proceso por haber protagonizado un documental sobre el caso sin el consentimiento de las partes.

La resolución fue escuchada por los siete imputados —el neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Díaz, la médica de Swiss Medical Nancy Edith Forlini, el médico clínico Pedro Pablo Di Spagna, el coordinador de enfermeros Mariano Perroni y el enfermero Ricardo Almirón— y por los familiares de Diego, en una sala cargada de tensión. ¿Qué implica esta nulidad? Que el juicio deberá comenzar de cero, prolongando aún más un proceso cuyo objetivo es alcanzar justicia por la muerte lenta y silenciosa que sufrió el ex futbolista.
Al comunicar la resolución, el juez Savarino responsabilizó directamente a Makintach: "La doctora intervino de modo parcial en el desarrollo del debate. Quiero recordar que tanto los particulares como los imputados tienen derecho a ser juzgados por un tribunal imparcial. La doctora Di Tommaso y quien les habla cumplimos con esa garantía judicial. Creemos que la doctora Makintach no". Luego añadió: "Coincidimos en todo con lo señalado por el secretario de Justicia, Patricio Ferrari, quien sostuvo que la única responsable de esta situación es la jueza recusada".

Jana, Dalma y Gianinna Maradona recibieron la decisión sentadas una al lado de la otra, junto a Verónica Ojeda. Aunque todas sabían que este era un desenlace posible, no pudieron evitar las lágrimas al oír al juez Savarino comunicar una decisión tan dolorosa como inevitable.
A la salida de los Tribunales de San Isidro, Gianinna expresó su frustración ante la prensa: "No se puede así". Luego, Dalma intentó explicar la postura familiar: "Nosotros, lo único que queremos es que se pueda seguir el juicio...", pero debió interrumpir sus palabras ante los empujones de los cronistas. "No, listo, ya está, lo intentamos pero no se puede... Me están matando con los micrófonos", se quejó, antes de volver al edificio judicial.
El abogado de las hijas de Maradona, Fernando Burlando, también se refirió a la nulidad: "Nosotros teníamos depositada mucha confianza en los tres jueces, por sus antecedentes y todo lo que representan para la Justicia. Pero no pudo ser", lamentó. Coincidió con la jueza Di Tommaso, quien según relató, aseguró que anular el juicio era "lo mejor para sanear y limpiar la causa".
Consultado sobre los próximos pasos, Burlando no descartó que el juicio pudiera tener sentencia antes de fin de año: "Dado el gran conocimiento que tienen las partes del expediente, podríamos hacerlo de forma exprés", dijo.

Verónica Ojeda, por su parte, fue categórica: "Vamos a volver a declarar y empezar de cero. Si hay que hacerlo mil veces, lo vamos a hacer mil veces, pero va a haber justicia", sostuvo. En cuanto a la reanudación del proceso, Mario Baudry —abogado y pareja de Ojeda— explicó que aún no hay una fecha definida: "Ahora se va a mandar el oficio a la presidencia de la Cámara, y ellos deben sortear un nuevo tribunal. Quedan solamente tres posibilidades. Cuando se sortee, las partes podrán recusar. Después pediremos con urgencia la audiencia de pruebas", detalló.
El reinicio del juicio no sólo significa una demora burocrática: representa una herida profunda para los familiares que buscan justicia y para una sociedad que aún exige respuestas. Volver a empezar implica volver a revivir el dolor, repetir testimonios, enfrentar a los imputados otra vez y ver cómo el tiempo diluye evidencias y enfría responsabilidades. Es, en muchos sentidos, un retroceso que aleja a Diego Maradona de la justicia que su nombre merece.