11 Diciembre de 2025 10:10
Lo que empezó como un mediodía comunitario, compartido entre bancos de iglesia y platos calientes, terminó convertido en uno de los crímenes más estremecedores del año en Neuquén. Juan Aníbal Pino, de 62 años, murió carbonizado en su propia casa luego de una feroz pelea con dos hombres que, horas antes, habían partido con él desde el mismo templo donde habían almorzado juntos.
El hecho ocurrió el sábado por la tarde, alrededor de las 19.40, en una vivienda de la calle Libertad al 700. Según confirmaron fuentes de la fiscalía y la Policía provincial, Pino solía invitar a conocidos y ocasionales acompañantes a su hogar. Ese día no fue distinto: tras compartir la comida en la iglesia, regresó a su casa acompañado por dos hombres identificados como F.A.S. y J.A.P. Allí, entre copas de alcohol y conversaciones que parecían inofensivas, el clima comenzó a enrarecerse.
En uno de los dormitorios, una discusión entre Pino y J.A.P. escaló de manera abrupta. La pelea se volvió violenta y un golpe en la cabeza dejó a Pino desplomado en el piso, inconsciente o apenas aferrado a un hilo de lucidez. Lo que sucedió después, según la reconstrucción de la fiscalía, multiplica el espanto: "Inmediatamente después, los acusados iniciaron un foco de fuego en la habitación, donde todavía se encontraba la víctima con vida, y luego se fueron", detalló en la audiencia la abogada Agustina Bouyer.
Las llamas avanzaron rápido. Cuando los bomberos lograron controlar el incendio, encontraron el cuerpo de Pino completamente carbonizado. La autopsia confirmaría más tarde que el hombre presentaba lesiones compatibles con un traumatismo previo y que aún estaba vivo cuando el fuego comenzó a devorar la habitación. Es decir, no murió por la agresión inicial, sino atrapado entre las llamas encendidas por quienes lo habían acompañado hasta ese mismo ambiente horas antes.

Las fiscales Lucrecia Sola y Guadalupe Inaudi, junto a Bouyer, imputaron a ambos sospechosos por homicidio simple en calidad de coautores. Sin embargo, advirtieron que la calificación podría agravarse a medida que avance la investigación, que ya cuenta con testimonios de vecinos, pericias preliminares de Bomberos, imágenes de cámaras de seguridad y el informe forense. Un testigo presencial de la pelea resultó clave para reconstruir la secuencia de violencia que precedió al incendio.
La audiencia de formulación de cargos estuvo marcada por otra diferencia relevante entre los imputados. Para F.A.S., la fiscalía pidió seis meses de prisión preventiva, pero el juez de garantías, Raúl Aufranc, redujo el plazo a un mes. En cambio, para J.A.P., cuya situación de calle y falta de arraigo aumentan los riesgos procesales, la preventiva se fijó por cuatro meses. La defensa no se opuso.