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Un informe revela la crisis del agua en la Villa 21-24: un derecho básico negado

La falta de voluntad política para la obra pública es una deuda innegable.

05 Mayo de 2025 12:02
Villa 21-24
Villa 21-24

En la villa 21-24, situada en el corazón de la Ciudad de Buenos Aires, el acceso al agua segura sigue siendo una deuda pendiente. Según un reciente informe elaborado por la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), la Fundación Temas de la 21-24 y el Observatorio Villero de La Poderosa, el 88 por ciento de las viviendas del barrio no cuenta con un servicio de agua gestionado de manera segura. Esta alarmante cifra desvela una realidad que afecta a miles de familias en uno de los barrios más vulnerables de la capital.

Si bien el 99 por ciento de las viviendas del barrio tiene acceso a la red de agua corriente (según el Relevamiento de Condiciones Habitacionales de la 21-24/Zavaleta), esta cifra resulta engañosa al analizarla en profundidad. El informe detalla que la mayoría de los hogares recibe el suministro de forma intermitente, con baja presión y, en muchos casos, con agua contaminada: "Apenas el 12 por ciento ( de los y las vecinas) refiere recibir agua con sus características conservadas, sin olor, color o sabor", señala el documento.

Villa 21-24
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Esta situación obliga al 74 por ciento de las familias a comprar agua embotellada para consumo, lo que representa una carga económica significativa para hogares que, en su mayoría, viven por debajo de la línea de pobreza: "El gasto cotidiano en agua profundiza la desigualdad y refuerza la exclusión de quienes menos tienen", advierten las organizaciones.

Además, solo el 37 por ciento de los encuestados recibe agua en cantidad suficiente durante las 24 horas del día, mientras que únicamente el 26 por ciento tiene una conexión formal a la red; el resto depende de conexiones informales o del reparto mediante camiones cisterna del Gobierno porteño. Este servicio, aunque necesario como medida de emergencia, es calificado como "alarmante" por las organizaciones al convertirse en una solución permanente frente a la falta de infraestructura adecuada.

Villa 21-24
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El informe también pone el foco en las demoras y el incumplimiento de obras prometidas para mejorar el acceso al agua y al saneamiento en el barrio. En 2020, se firmó un convenio entre AySA y el Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) para desarrollar un plan en tres etapas con finalización prevista para 2025. Sin embargo, hasta ahora solo se ha ejecutado el 39 por ciento de la primera etapa, sin avances significativos ni previsión concreta para su continuidad.

Las obras incluían el tendido de redes principales y secundarias para garantizar la conexión a la red troncal. Sin embargo, la falta de avances "atenta directamente contra la mejora en el acceso al agua potable de toda la población", destaca el informe. Esta situación perpetúa la dependencia del barrio a soluciones precarias y temporales que no resuelven los problemas estructurales.

Villa 21-24
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El panorama es igualmente desolador en materia de saneamiento cloacal. La mayoría del barrio no está conectado a la red cloacal formal y depende de sistemas precarios como pozos ciegos o cámaras sépticas informales construidas por los propios vecinos. El informe detalla que el 42 por ciento de los hogares debe recurrir al uso de baldes para arrastrar los efluentes sanitarios, una práctica que expone a las familias a condiciones insalubres y peligrosas.

"Esta práctica no permite una evacuación eficiente ni segura, favorece la acumulación de residuos cloacales, la obstrucción de las cañerías precarias existentes y la exposición directa a materia fecal", alerta el documento. La falta de infraestructura sanitaria adecuada es una evidencia más del abandono estatal que enfrenta este sector de la población.

Villa 21-24
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En esa misma línea, las organizaciones que elaboraron el informe expresaron su preocupación por el freno en las obras pactadas y exigieron respuestas concretas a las autoridades: "El acceso al agua segura no es un lujo, es un derecho humano básico que debe ser garantizado para todos", expresaron contundentemente.

En un contexto donde los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (2023) establecen metas claras para garantizar agua segura y saneamiento para todos, la situación en la Villa 21-24 es una señal alarmante del camino que aún queda por recorrer. Las cifras y testimonios reflejan una realidad que no puede seguir siendo ignorada: miles de familias siguen luchando día a día por acceder a un recurso tan esencial como el agua.

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