19 Junio de 2025 09:10

La voz de Teresa Parodi no necesita estridencias para hacerse escuchar. En una noche de celebración para la música argentina, la histórica referente del folklore levantó su estatuilla en los Premios Gardel 2025 y, una vez más, eligió hablar con claridad y firmeza. Tras ganar en la categoría Mejor canción de folklore por Siempre a la misma hora -tema que compuso junto a Okto-, Parodi convirtió su discurso en una defensa apasionada de la cultura nacional y en una denuncia directa contra el gobierno de Javier Milei, el cual desde su llegada al poder fue implementando medidas de ajuste y pronunciando mensajes cargados de odio contra los artistas del país.
"Digo no al discurso del odio que reina en nuestro país hoy, digo no al vaciamiento cultural que pone en peligro instituciones maravillosas que son un orgullo nacional", comenzó la artista correntina, frente a un auditorio que la ovacionó de pie. Fiel a su trayectoria, Parodi no esquivó el contexto político y apuntó de lleno contra las políticas de ajuste y desprecio hacia el sector cultural impulsadas por el actual gobierno.
"Hay tanta patria guardada en el arte", sostuvo con emoción, recordando el valor simbólico y material de las expresiones culturales populares. Su mensaje no se quedó en la denuncia, sino que también incluyó una defensa de las estructuras que sostienen el trabajo creativo en la Argentina: "Digo no a la descalificación permanente de las sociedades de gestión colectiva que cuidan y defienden y distribuyen los derechos intelectuales de los creadores y las creadoras, y los intérpretes y las intérpretes de la música".
El discurso de Parodi también fue un llamado a resistir la persecución ideológica en tiempos de intolerancia: "Digo no a la persecución y estigmatización de los que piensan distinto". Sobre el cierre, dedicó el premio con una frase que resonó como una declaración de principios: "Y si ustedes me permiten, amigas y amigos, con todo mi corazón, quiero dedicárselo muy especialmente a Cristina Fernández de Kirchner".
Con ese gesto, Parodi trazó un puente entre arte y militancia, entre la cultura y la memoria política reciente. En una gala marcada por el talento y las emociones, su voz se alzó como un símbolo de resistencia frente al avance de políticas que buscan desfinanciar, deslegitimar y desarticular al sector cultural argentino. La 27ª edición de los Premios Gardel, organizada por la Cámara Argentina de Producciones de Fonogramas y Videogramas (CAPIF), se celebró en el Teatro Coliseo de Buenos Aires. En ese escenario, Teresa Parodi no sólo celebró un merecido reconocimiento a su obra, sino que también dejó en claro que el arte no es neutral y que, aún en tiempos difíciles, puede seguir siendo trinchera y esperanza.