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Desidia política

Corrientes bajo el agua: barrios enteros anegados, cientos de vecinos afectados y una emergencia que no es sólo climática

Vecinos denuncian falta de obras hídricas, desidia política y una respuesta oficial que llega tarde, mientras el pronóstico anticipa que lo peor aún podría no haber pasado.

30 Diciembre de 2025 09:52
Así quedó la localidad de San Luis del Palmar, en la provincia de Corrientes,
Así quedó la localidad de San Luis del Palmar, en la provincia de Corrientes,

La provincia de Corrientes atraviesa horas dramáticas. El agua avanzó sin pedir permiso y dejó a su paso una postal conocida y dolorosa: calles convertidas en ríos, casas inhabitables, servicios colapsados y cientos de familias obligadas a abandonar lo poco que tenían. Al menos 413 vecinos debieron ser evacuados por las inundaciones provocadas por la crecida de los ríos Uruguay y Paraná, en un contexto marcado por lluvias excepcionales y una infraestructura que volvió a mostrar su fragilidad.

Efectivos de la Gendarmería Nacional y la Prefectura Naval Argentina intervinieron para rescatar a los habitantes de las zonas más afectadas, trasladándolos a gimnasios municipales y escuelas improvisadas como centros de evacuados. Las escenas fueron de extrema tensión: familias saliendo de sus casas con lo puesto, niños en brazos, adultos mayores asistidos contrarreloj y barrios enteros sumidos en el silencio del agua estancada.

La caída de hasta 300 milímetros en pocas horas provocó el colapso total de los desagües pluviales, cortes en el suministro eléctrico, interrupciones en el transporte y una saturación del suelo que hizo imposible cualquier escurrimiento. Personal de Defensa Civil, Bomberos y Policía desplegó operativos de emergencia para llevar víveres y materiales a los albergues y reforzar la seguridad en las zonas anegadas. Aun así, para muchos vecinos, la ayuda llegó cuando el daño ya estaba hecho.

En localidades como San Luis del Palmar, una de las más golpeadas por el temporal, la bronca se mezcla con la desesperación. Allí, según denunciaron los propios habitantes, la falta de obras hídricas fue determinante para que la situación se saliera de control. La responsabilidad política apunta de lleno a la gestión del ex gobernador Gustavo Valdés, hoy continuada por su hermano, Juan Pablo Valdés. "Siempre pasa lo mismo y nadie hace nada", repiten quienes ya perdieron muebles, electrodomésticos y recuerdos imposibles de recuperar.

En esa localidad, el panorama es directamente devastador. El desborde del río Riachuelo y la caída de 530 milímetros de lluvia en apenas tres días -el triple de lo habitual- dejaron al pueblo prácticamente bajo el agua. En las últimas horas, el nivel subió otros 10 centímetros y obligó a nuevas evacuaciones. Más de 300 personas tuvieron que abandonar sus hogares. En algunos barrios, el agua llegó hasta el pecho y apenas hubo tiempo para rescatar lo indispensable. "Un colchón, una cama y un televisor", fue todo lo que muchos pudieron sacar antes de que el agua lo cubriera todo.

Más de 400 evacuados, barrios enteros anegados y familias que lo perdieron todo
Más de 400 evacuados, barrios enteros anegados y familias que lo perdieron todo

La magnitud del desastre quedó reflejada en los datos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. Según el INTA, diciembre registra precipitaciones muy por encima del promedio histórico. Sólo en la ciudad de Corrientes se acumularon 495,4 milímetros en una semana. En El Sombrero cayeron 327 milímetros, en Mercedes más de 214, en Santo Tomé 152 y en Bella Vista 118. En apenas ocho días lluviosos, algunas localidades duplicaron el promedio mensual habitual. La vida cotidiana quedó suspendida. En la capital provincial, el agua cubre la calzada y transforma cada salida en una odisea. 

Comercios con persianas a medio bajar, trabajadores avanzando con cautela y peatones esquivando veredas anegadas componen un paisaje repetido. "Somos prisioneros del temporal", relataron vecinos de Marcelo T. de Alvear, entre Liniers y Remedios de Escalada, en un testimonio recogido por el medio local Norte Corrientes. La acumulación de basura arrastrada por la corriente, bocas de tormenta colapsadas y un escurrimiento insuficiente agravaron el escenario. Cada bolsa atascada se convirtió en un tapón que aceleró el anegamiento. En minutos, una tormenta bastó para impedir llegar al trabajo, volver a casa o cruzar una calle.

Mientras tanto, la respuesta institucional parece insuficiente frente a la magnitud del desastre. Aunque el Comité de Crisis coordina tareas con Defensa Civil, Bomberos, Policía y fuerzas federales, el malestar social crece. Una vecina lo expresó con crudeza al aire de TN: "¿Dónde está el intendente? ¿Dónde está el gobernador? ¿Qué hace el presidente de la Nación? ¿No está enterado que Corrientes existe y que nos estamos por ahogar todos? No veo a ningún político acá, no hacen nada". 

Más de 400 evacuados, barrios enteros anegados y familias que lo perdieron todo
Más de 400 evacuados, barrios enteros anegados y familias que lo perdieron todo

En contraste con la ausencia estatal, la solidaridad entre vecinos se volvió un sostén vital. En las zonas más altas, quienes no fueron alcanzados por el agua organizaron ollas populares, repartieron ropa y juguetes y ofrecieron un plato caliente a quienes lo perdieron todo. Cada noche, decenas de personas se acercan con un tupper o un bowl, aferrándose a la ayuda comunitaria como única certeza en medio del caos. El pronóstico no trae alivio inmediato. El Servicio Meteorológico Nacional mantiene alertas por tormentas y el INTA anticipa lluvias dispersas para los próximos días, con la posibilidad de nuevas precipitaciones el 1° de enero. 

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